domingo, 7 de octubre de 2007

Festival Internacional Cervantino, Guanajuato 2007.

Espectáculos callejeros dan vida a la capital
Por: Arturo Tavarez, Domingo, 07 de Octubre de 2007
Correo de Guanajuato

Durante el primer fin de semana del FIC los visitantes encuentran desde mimos hasta trova, en plena banqueta.

GUANAJUATO

En el primer fin de semana del Festival Internacional Cervantino, calles y plazuelas de Guanajuato capital han comenzado a cobrar vida con los espectáculos que no están dentro del programa oficial.

La derrama económica ya se nota en la ciudad, donde en las plazas y calles cualquier espectáculo es digno de detenerse y pasar un buen rato.Son grupos de roqueros urbanos, mimos y hasta pintores que entretienen a los visitantes que a excepción de los eventos que se presentan en la Alhóndiga, no tienen acceso a ningún otro escenario.

Hombres y mujeres de todas las edades transitan por los lugares del centro histórico para sentir el ambiente cervantino.

Grupos de chavos al estilo ‘cholo’ caminan en busca de diversión. Otros estilos de vida se entrelazan en el trayecto, es posible observar a ‘darketos’ y ‘punketos’ con sus atuendos que llaman la atención a más de una persona.

Frente al edificio del Congreso se del Estado presenta un grupo que despierta el interés de quienes cruzan ese punto. Se trata de un grupo de niños que dan vida a la tradición muy propio del bajío guanajuatense de "El Torito".

Sus máscaras y personajes causan expectación sobre todo entre los turistas extranjeros que sin vacilar capturan las imágenes en sus cámaras.

Metros adelante un mimo mantiene reunidos bajo constantes carcajadas a decenas de personas y todavía más allá, las "estatuas vivientes" asombran a quienes de pronto suponen que se trata de alguna escultura, como el minero que cubierto de pintura gris metálico realiza movimientos que lo sacan de su aparente inmovilidad.}

En tanto la gente va y viene a lo largo de la calle Juárez, los antros ubicados a lo largo de esta zona comienzan a disputarse a sus potenciales clientes. Con mandil ceñido al cuerpo y pequeños volantes, invitan cuanta persona cruza por su camino para que entren a disfrutar de su ambiente y sus bebidas.

Más exclusivo por el tipo de clientes que tienen, los restaurantes del Jardín Unión lucen repletos mientras grupos de mariachis y hasta de música norteña chocan con sus melodías en una especie de competencia por establecer quien canta más fuerte y quien ejecuta la mejor canción.

Este es el ambiente del primer fin de semana cervantino en la capital.

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