jueves, 18 de enero de 2007

Y cuando se acabe el agua… ¿qué?



Comienza entonces a recordar, como ayer y quizás como mañana,
sus años mozos de pescador de charales, acociles y ajolotes, en lo que fuera la laguna de Chimahuapan a cuyas márgenes se recuesta el típico pueblo de Almoloy

Por MTI / Eliseo Lugo Plata
ALIANZA TEX

Ayer también estuvo, como estará mañana, y así hasta que muera, quizás. Don Modesto Siles Gutiérrez, de 96 años, se recarga sobre su viejo bastón y clava la mirada hacia el horizonte

Allí, precisamente allí, nace el río más largo de México, hoy convertido en una cloaca, y la mala educación ecológica producto del progreso del mexicano. Allí nace el Río Lerma, columna vertebral de la Cuenca que lleva su nombre y que antaño dio vida a más de una docena de pueblos ribereños. La Cuenca del Alto Lerma, principal fuente de abastecimiento de agua al Distrito Federal, está prácticamente liquidada.

El doctor en Ingeniería, Carlos Solís, coordinador del Centro Interamericano de los Recursos del Agua (CIRA), con sede en el municipio de Toluca, asegura que en menos de veinte años ya no habrá mantos acuíferos de esta Cuenca que abastezcan a la ciudad de México. Considera el investigador que la crisis comenzará a reflejarse durante el año 2007.

Los escurrimientos de la sierra de Las Cruces, que recargaban los mantos acuíferos, están totalmente agotados, al grado que las lagunas de Atarasquillo y Chimahuapan, son ahora sólo dos manchas lodosas. Para el año 2025, el CIRA pronostica sequía total de los pozos de la Cuenca del Alto Lerma. LA DISTRIBUCIÓN La Cuenca del Alto Lerma se localiza al noreste del Valle de Toluca, en el Estado de México, a poco menos de 60 kilómetros de la ciudad de México y abarca una superficie de 5 mil 89 kilómetros cuadrados.

En la actualidad, además de la que extrae de sus propios pozos, el Distrito Federal consume 17 mil 800 litros de agua por segundo extraída del Estado de México, de la cual, poco más del 26 por ciento de la misma proviene de la Cuenca del Alto Lerma: 4 mil 672 litros por segundo. Otros 3 mil 659 litros de agua por segundo provienen de los municipios de Ecatepec y Teoloyucan, también perteneciente al Estado de México, y el resto, 9 mil 469 litros de agua por segundo, son bombeados del sistema hidráulico Cutzamala, al norte del Estado de Guerrero.

La situación de consumo de agua se agravará con la constante y acelerada migración de personas provenientes del interior del país, amén de los nuevos habitantes que van naciendo y la falta de voluntad política de los Gobiernos para establecer programas preventivos.

COMIENZO DE LA EXTRACCIÓN

La explotación de la Cuenca del Alto Lerma comenzó a finales de los años cuarentas del siglo pasado. En razón de un convenio firmado entre las autoridades del Estado de México y la Federación, de la que dependía el Distrito Federal, se perforaron un total de 239 pozos sobre una franja que va del municipio de Almoloya del Río, al municipio de Jocotitlán, sobre la que circunstancialmente corre el Río Lerma.

En su origen, el proyecto no tendría afectaciones ecológicas; sin embargo, el primer problema que se presentó fue el secamiento de la laguna de Chimahuapan, situado a un costado del pueblo de Almoloya del Río, donde nace el Río Lerma.

A principios de los años cincuentas, pretendiendo aumentar el caudal del mencionado río, ingenieros hidráulicos dinamitaron los veneros que alimentaban la laguna de Chimahuapan; sin embargo, éstos se desviaron hacia los subterráneos que van al sur del Estado de México, pasan por el Estado de Guerrero y llegan a la costa del Pacífico. Inició así la agonía del río más largo del país.

Eran siete manantiales los que daban vida a la laguna: hacia el norte de la laguna estaban el Tecalco y Almomoluca; en el centro el Tepozoco y hacia el sur el Texcoapa, Pretuntha, Ixcayoapan e Ixcayoapita. Todos tenían su origen en el cerro de Zempoala.

REPERCUSIÓN EN LA TIERRA

Cuando se inició la explotación de la Cuenca del Alto Lerma, hace casi sesenta años, el agua se extraía a 30 metros de profundidad. Veinticinco años después los pozos se perforaban a 70 metros y en la actualidad el agua sólo es localizable a 300 ó 400 metros de profundidad, situación que alarma a la Comisión de Agua del Estado de México y al Centro Interamericano de Estudios del Agua.

La sobreexplotación acuífera de la Cuenca del Alto Lerma afectó en 40 por ciento a los cultivos de riego y más severamente a los de temporal por la falta de humedad. De acuerdo a cifras del CIRA, la media nacional de humedad de la tierra es de metro y medio; sin embargo, luego de haberse secado las lagunas de Chimahuapan y Atarasquillo, aunado a la sobreexplotación de los mantos acuíferos, la humedad es casi nula en la Cuenca. Jesús Velarde, ex secretario de Desarrollo Agropecuario del Estado de México, informó que para salvar la producción de granos en la Cuenca del Alto Lerma, se han tenido que construir represas y bordos, mejorar la calidad de la semilla y hacer rotación de cultivos.

Reconoció también que donde afectó más la contaminación del Río Lerma, fue en las partes bajas de Atlacomulco y el Valle de Solís, en Temascalcingo.

CONTAMINACIÓN DEL RÍO LERMA

El Río Lerma tiene una longitud de 800 kilómetros. Nace en la Laguna de Chimahuapan, municipio de Almoloya del Río y pasa por los municipios de Santa Cruz Atizapán, Santiago Tianguistenco, Ocoyoacac, Lerma, Ixtlahuaca, Jocotitlán, Atlacomulco y Temascalcingo.

Sigue por el Estado de Michoacán y Guanajuato, hasta descansar en la Laguna de Chapala, en Jalisco. De allí toma el nombre de Santiago, entra a Nayarit y termina en el Pacífico. En el régimen gubernamental de Gustavo Baz Prada, se dieron incentivos a la industria para establecerse en la Cuenca, creándose el Corredor Industrial Toluca-Lerma.

Con ello y el anterior barrenamiento de los mantos acuíferos de Almoloya del Río, se inició la muerte lenta del Río Lerma. Lo que circula por su cauce, del municipio de Lerma hasta Ixtlahuaca, es una masa de residuos industriales.

Sólo más adelante, derivado de los escurrimientos de las montañas, el río comienza a correr, pero con agua contaminada en alto grado. Los Gobiernos en turno establecieron programas para la regeneración del Río Lerma; sin embargo, pareciese que sólo se trató de programas simulados.

Se han establecido más industrias sin que las autoridades federales y estatales pusieran freno a la contaminación. Para la industria, el Río Lerma ha representado un desagüe natural de sus residuos sólidos.

MÉXICO, UN PAÍS POBRE EN AGUA

Al tomar en cuenta las medidas internacionales sobre la tenencia o existencia de agua, México es considerado un país pobre, con relación a la disponibilidad per cápita por año. El Estado de México, con respecto a la misma medida, es considerado en la miseria, según estudio realizado por la Secretaría de Desarrollo Agropecuario de la misma entidad.

Un país considerado rico en agua, señala la SEDAGRO, es aquel que cuenta con más de 5 mil metros cúbicos de agua por habitante al año. En este sentido, el país cuenta con 4 mil 800 metros cúbicos de agua por habitante al año. Mientras que el Estado de México dispone únicamente de 335 metros cúbicos de agua por habitante al año.

En este sentido, el Estado de México tiene disponibilidad 14 veces menos que el promedio nacional, lo que le hace ver muy pobre. Si se toma en cuenta que parte del agua disponible va al Distrito Federal, entonces podría considerarse una entidad en la miseria.

En cifras comparativas, Canadá cuenta con 100 mil metros cúbicos de agua por habitante al año, mientras que Estados Unidos cuenta con 9 mil metros cúbicos.

LA DISPONIBILIDAD

El Estado de México tiene una superficie de casi 23 mil kilómetros cuadrados y se ubica en la parte más alta del país. En este territorio se encuentran cuatro Cuencas Hidráulicas: Lerma, Balsas, Pánuco y la Cuenca de México, malamente llamada “Valle de México”. Desde el punto de vista hidráulico, se ha considerado una desgracia que esta entidad se encuentre en la parte más alta del país, en virtud de que sus aguas escurren hacia las partes bajas, es decir, a otras entidades; sin embargo, su problema más grave es su sobrepoblación.

Consume más agua de la que produce. Aun cuando no enviase agua del Alto Lerma al Distrito Federal, seguiría teniendo necesidad del agua que viene de Cutzamala. Las precipitaciones anuales en territorio mexiquense son del orden de los 20 mil millones de metros cúbicos, de los cuales 15 mil 226 millones de ellos (poco más del 75 por ciento), se pierden en la evapotranspiración, quedando disponibles únicamente 4 mil 774 millones de metros cúbicos. De esta disponibilidad, mil 67 millones de metros cúbicos se infiltran y 3 mil 707 millones de metros cúbicos escurren a lagunas, presas, bordos y estanques.

De esta última cifra, por lo menos mil millones de metros cúbicos de agua se van fuera del Estado de México a través de ríos y arroyos, lo que arroja que la real disponibilidad es de 3 mil 774 millones de metros cúbicos de agua.

Dentro de los volúmenes de disponibilidad de agua, es en la Cuenca del Balsas (suroeste del Estado) donde se tiene mayor disponibilidad y es en la Cuenca de México (Valle de México) donde se tiene menos disponibilidad de agua.

La situación se torna grave porque es en esta última región donde existe la mayor concentración de población del país (12 millones de habitantes) y es hasta allí donde se tiene que llevar el agua desde donde se encuentra disponible. Por lo que se refiere a la evapotranspiración, que es el mayor volumen de agua que se pierde a partir de las precipitaciones, éste es un fenómeno natural que ayuda a conservar el equilibrio ecológico y a que se conserve el mismo volumen de precipitaciones.

USOS DEL AGUA

Con relación a los estudios que ha hecho la SEDAGRO sobre uso del agua, mil 939 millones de metros cúbicos son de uso público urbano; mil 57 millones corresponden al uso agropecuario y 66 millones al industrial, lo que hace un total de 3 mil 62 millones de metros cúbicos. Si partimos de que la real disponibilidad es de 3 mil 774 millones de metros cúbicos y se bombean al Distrito Federal 600 millones de metros cúbicos de agua al año, sólo se tiene un excedente de 112 millones de metros cúbicos.

Las fuentes de abastecimiento de estos tres sectores son almacenamientos, cauces, manantiales, acuíferos y corrientes de aguas residuales. Con respecto a la agricultura, el Estado de México cuenta con 885 mil 900 hectáreas de cultivo, de las cuales, 188 mil 759 están incorporadas al riego, en las que se utilizan anualmente mil 10 millones de metros cúbicos de agua.

De esto se estima que se desperdicia hasta un 70 por ciento. El motivo de la pérdida, según el especialista Jesús Velarde García, ex funcionario de SEDAGRO, se debe a los sistemas de riego primitivos, que en su mayor parte datan de siglos, mismos que infiltran o chupan el agua. La producción en las zonas de riego también se enfrenta a otros problemas que directa o indirectamente tienen que ver con la pérdida o desperdicio de agua; invasión de la mancha urbana, suelos degradados, tecnología limitada, monocultivo, altos costos de operación en el riego por bombeo, costos de producción elevados y falta de organización para producir.

La situación de escasez de agua alarma a las autoridades, tanto del Estado de México como del Distrito Federal. Los especialistas se hacen una pregunta ¿y cuando se acabe el agua… qué?...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es interesante ver esta publicación ya que Don Modesto Siles era mi abuelo y digo era porque desgraciadamente ya falleció, en abril del 2011, descase en paz.