Por: Martín Diego Rodríguez,
Domingo, 25 de Enero de 2009
Reconoce funcionario que no hay aparato de inteligencia para combatirlos
LEÓN
Cuando Carlos recibió la primera llamada telefónica pensó que era una broma, incluso colgó el auricular. Pero a la segunda llamada su piel se le erizó.
El comerciante fue obligado a pagar 50 mil pesos para que ninguno de sus familiares fuera secuestrado.
Aunque accede hablar con el reportero, Carlos se ve desesperado "tengo terror, tengo pavor de lo que me pueda suceder". Su vida ha dado un drástico vuelco y reconoce que eso fue cuando continuó escuchando a su interlocutor.
"Lo primero que me dijo es que no colgara, que era un negociador y que me tenían vigilado. Cuando me dijo eso hasta le aventé maldiciones y le dije que se dejara de payasadas y le colgué (el celular).
Pero después llamó al teléfono de la casa, me dijo que no estaban jugando y que estaban viendo en ese momento a mi hija, que si la quería ver de vuelta no hiciera nada".
Carlos aparenta ser un hombre rudo. Mide casi 1.80 metros de altura y sus brazos tienen el grosor de un leño pero no. Se quebró al relatar el calvario en el cual vive desde septiembre cuando, dice "me ficharon".
La extorsión es uno de los delitos con mayor recurrencia en la entidad en los últimos meses. Hay una cifra negra que las autoridades mismas no conocen por el temor de las víctimas a declarar, pues no hay confianza.
Un alto funcionario de la Secretaría de Gobierno del Estado, quien conoce el tema de seguridad, asegura que la oleada de extorsiones que se viene registrando en la entidad es por la falta de un aparato de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Pública que estudie los patrones que siguen los extorsionadores "que no son ningunos improvisados, son gente que está dispuesta a todo, y cuando es todo, es a todos.
Ellos saben que no tienen nada qué perder".
Reconoce que la extorsión se debe a que en la entidad y en el país, se ha frenado el trasiego de estupefacientes "que era una de sus principales actividades, ahora lo que sigue son "delitos que lleven al terror, la extorsión, el secuestro, el robo y otras modalidades que, si no se frenan, avanzarán como este caso".
Carlos vive en un barrio popular, sus vecinos no saben lo que ocurrió en septiembre cuando se le despojó de uno de los vehículos que utilizaba para transportar los electrodomésticos que vende en uno de los tianguis de Guanajuato.
"Piensan que uno tiene mucho dinero, pero todo lo que ves, es producto del esfuerzo, estamos endrogados para pagar ésto y sacar una ganancia muy pequeña por como está la situación en Guanajuato y en el país.
A veces, uno se pone la soga al cuello por querer ofrecer al cliente más, a veces, ahí está nuestro error".
En el mercado no es el mismo, "uno sabe cuando ya están tocados porque, a veces eran dicharacheros, tiraban mucha carrilla, ahora nada más se dedican a lo suyo, hablan poco, y dejan de reír", reconoce uno de los líderes de comerciantes semifijos que él también fue avisado.
"Yo no voy a decir lo que me ocurrió, no, pero está difícil. A veces uno cree en las autoridades pero pasan tantas cosas, que ya ni sabemos en quién confiar. El caso es que septiembre, octubre, noviembre y diciembre, la cosa se puso seria para nosotros.
En diciembre más, hasta nos pedían por adelantado lo que no teníamos", relata mientras sorbe su café en las sombrillas de un restaurant. Quizá por estar en público no deja de observar con el rabillo del ojo a su alrededor.
El hombre suspira, la profesión de comerciante es la más vulnerable, dice "estamos en público, saben dónde vendemos, qué es lo que vendemos, dónde nos movemos y hasta dónde vivimos.
Somos muy difíciles de esconder" dice.
Carlos ya piensa en mudarse, en irse a vivir a otro lugar, cambiar domicilio y hasta su identidad "una vez que dimos la primera cantidad, nos vuelven a pedir más.
En enero nos pidieron otro tanto, ¿de dónde lo sacamos?".
Terrorismo en pleno
La guerra por el terror comenzó a desatar ya sus primeras víctimas "son bandas criminales las que se reivindican los homicidios. Dejan sus huellas, sus mensajes, para que al ser difundidos por la prensa, se enteren de quién es el más cabrón", dice el funcionario estatal.
Sin chistar dice: "el control del movimiento de droga fue el primer enfrentamiento, luego fue la venta, las narcotienditas, ahora es la extorsión, dinero que se deposita en cuentas bancarias y que pocas veces son denunciados.
No porque las autoridades estén coludidas sino porque, ¿quién denuncia? ¿Un vendedor ilegal?".
Los últimos hechos violentos, dice, se deben a la competencia por el territorio de las extorsiones "sus clientes están en los mercados, pero también en empresarios quienes no han querido denunciar.
En la Secretaría hemos tenido ya algunos reportes de levantones, de extorsiones de empresarios, mismos que cuando los invitamos a poner denuncias, alegan que están aterrados", dice.
Y no, no es un asunto sencillo. Carlos no denunció por una razón "¿cómo fue que consiguieron mi teléfono? Igual y está intervenido, a la mejor hasta saben que voy a ir al Ministerio Público, no voy a hacer nada, nada más que ya me quiero ir porque las cosas se están poniendo muy difíciles".
Insiste en que no se revele su identidad.
El líder comerciante precisa que la extorsión se ha dado en todos los niveles: "a unos les han pedido 50, 60 mil pesos, a otros les piden que los 10 o los 5 mil pesos, ¿te imaginas cuánto sacan nomás de nosotros?.
A los que están afectando no sólo es a los comerciantes sino también a los prestadores de servicios. En los hoteles, en los restaurantes, en las fondas nos hemos dado cuenta pero nadie dice nada.
No le vamos a jugar al héroe".
Urge Coordinación y trabajo
Para el presidente regional de Consejos de Participación Ciudadana de la PGR, el abogado leonés Iván Omar Plascencia, urge una coordinación entre las fuerzas policíacas del país para poner freno a la ola violenta que se vive.
"¿De qué sirven las reuniones entre las distintas corporaciones si no hay resultados? De lo que se trata es de resultados, no de planes, no de estrategias, se necesitan resultados ya".
Por ejemplo, reconoció que mientras la Secretaría de la Defensa Nacional realiza trabajos esporádicos en la entidad para inhibir el delito, la Secretaría de Seguridad Pública carece de facultades que, el Congreso del Estado debería darle, para frenar la ola delictiva.
Son miles los casos
Según datos proporcionados por la Secretaría de Seguridad Pública Federal, en el primer semestre de 2008 ha habido más de 893 mil intentos de extorsión.
Desde 2001, más de ocho millones 770 mil personas han recibido llamadas de intentos de extorsión, para lo que se han utilizado más de 55 mil 600 números celulares. El 40 por ciento de estos números corresponde al Distrito Federal.
Las seis entidades de la República que registran mayor número de denuncias por intentos de extorsión son: Estado de México, Distrito Federal, Michoacán, Tamaulipas e Hidalgo.
También los indocumentados
El diputado local, Antonio Ramírez Vallejo, reveló que de los intentos de extorsión también han sido víctimas indocumentados que transitan por el estado, "todo esto es muy delicado, pero invito a la ciudadanía que denuncie que no tenga miedo de denunciar".
Al cuestionarle sobre cuántos casos de esta naturaleza tenía conocimiento, manifestó que "por lo menos tres o cuatro".
Incluso, añadió que él se ha dado cuenta de que cuando se hacen extorsiones a comerciantes, prefieren pagar a realizar la denuncia, "aquí el llamado es para que más que pagar, sin exponer a la familia denuncien".
Detalló que muchas de las extorsiones son "nada más a ver si pega, por eso cuando contesten el teléfono y empiecen a escuchar, que cuelguen de inmediato, que no dialoguen con la persona que los quiere extorsionar, ni le escuchen nada, porque las personas los escuchan y les mete miedo".
No se deje engañar
En caso de recibir una llamada telefónica de esta naturaleza seguir los siguientes pasos:
* Mantener la calma y no manejar monto alguno al extorsionador
* A tomar nota del nombre de la persona que efectúa la amenaza o solicitud de dinero, así como el número telefónico del cual le están llamando y la forma de pago de la exigencia (depósito en negocios dedicados al envío de dinero o cuentas bancarias, así como tarjetas de prepago de teléfonos celulares)
* Dar aviso inmediato a la autoridad más próxima, ya sea vía telefónica o en forma directa
* Para tal efecto se pone a su disposición los teléfonos de emergencia en las entidades federativas y a nivel federal el 01 800 (3686242)
* En caso de que la exigencia económica sea para evitar que un familiar sea remitido al Ministerio Público o para sufragar gastos médicos verificar si el citado familiar se encuentra bien y no recibir las llamadas hasta que la autoridad tenga conocimiento
El mecanismo que utilizan estos defraudadores es el siguiente:
a) Se comunican vía telefónica con la víctima
b) Le plantean una situación de emergencia en la que supuestamente está involucrado un familiar
c) Se identifican como miembros de una corporación de seguridad o institución pública
d) Solicitan una cantidad de dinero supuestamente necesaria para que su familiar haga frente al problema en el que se encuentra
e) Piden que el dinero se deposite en una cuenta bancaria de la que proporcionan el número
f) Los defraudadores retiran el dinero inmediatamente y por lo general es en una ciudad distinta
g) La víctima se comunica con sus familiares y se da cuenta que todo fue un engaño
La Procuraría General Justicia recomienda en estos casos principalmente verificar la información del supuesto familiar, así como denunciar los hechos a cualquier oficina de la Policía Ministerial o al Centro de Atención Telefónica Permanente de la Procuraduría General de Justicia 01 800 368 6242.
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