domingo, 27 de abril de 2008

Federico Justiniani: ojo clínico para el arte





ELENA IGLESIAS
Especial/El Nuevo Herald
Federico Justiniani sueña a veces que se ha ido de viaje sin su cámara. ''Es una pesadilla, porque la cámara es una parte indispensable de mis viajes'', dice el internista cubano que tiene su práctica en el hospital Mount Sinai de Miami. ''Tomar fotos sin pretensión alguna me hizo desarrollar gradualmente lo que le llaman el ojo fotográfico. Llega el momento en que uno ve todas las cosas a través de la cámara. Ese instinto va creciendo hasta que se convierte en algo muy especial, artístico'', afirma.

Justiniani, quien estudió medicina en la Universidad de La Habana, ha echado raíces en este hospital. Primero fue coordinador de la residencia de medicina interna y después fue director de educación médica durante más de 20 años. Su vocación principal es la enseñanza y actualmente es profesor de medicina interna de la Universidad de Miami en el Mount Sinai.

Las 42 fotografías que se exhiben en el Teatro Tower han sido tomadas e impresas por él. Las áreas que más le llaman la atención son las puertas y ventanas de todas partes del mundo; y después, los rostros humanos. ''El clínico tiene que tener un gran poder de observación y eso me llevó a observar al género humano y darme cuenta de que aunque tengamos distintas culturas y razas, las emociones son las mismas y se reflejan en la cara de las personas''. También le gusta fotografiar a gente en ocupaciones poco usuales, como un muchacho tejiendo una silla en las calles de San Miguel de Allende.

'Unos cooperan, otros no. Algunos aceptan gustosamente, pero prefiero `robar' la fotografía, que la gente no sepa cuando la estoy tomando''. El médico artista cuenta por ejemplo, que en un mercado de Cartagena había una señora mayor vendiendo vegetales que no quiso que le sacara fotos. ``Me escondí y empecé a enfocarla con un telefoto. De pronto, sentí un ruido a mi lado: ¡me estaba tirando mamoncillos para que no la fotografiara!''.

Justiniani dice que en México es importante pedirle permiso a la gente, porque muchos indios piensan que cuando uno los retrata les roba el alma. ``Cuando visité Santa Fe, en Nuevo México, me dijeron que no retratara a los indios navajos por esa misma razón. Sin embargo, empecé a conversar con uno de ellos y aceptó que le sacara una foto''.

Otra historia inusual le ocurrió en la Argentina, en un autobús de Buenos Aires a Salta. ``Unos piqueteros habían cerrado la carretera. Eran campesinos muy pobres que estaban pidiendo electricidad y agua. Me enganché mi cámara al cuello y fotografié a un señor que sujetaba un cartel con gran indignación. De esa experiencia nació la foto Defiant. Detrás de cada una de mis fotografías siempre hay una historia fascinante''.

A Justiniani le atraen las puertas y ventanas porque las encuentra misteriosas. ''Detrás de ellas se esconde algo que está pasando. Es la manera en que el ser humano cierra su conexión con el exterior para vivir su vida interior sin testigos''. Otro renglón de su interés es la arquitectura: casas, callejuelas, iglesias, parques y los edificios de adobe de los indios navajos.

México es el país más interesante desde el punto de vista fotográfico para el artista, especialmente Oaxaca y San Miguel de Allende. ``Sus puertas y ventanas y los colores intensos y contrastantes con que pintan sus casas son como un sueño para un fotógrafo''.

Le llaman la atención además los paisajes, que no están representados en esta exposición. ``La naturaleza tiene maravillas que hay que verlas para creerlas. Estuve en la Patagonia donde saqué fotos de los glaciares y de los témpanos de hielo que se reflejan en el lago. Y tuve la suerte de ver el volcán Arenal de Costa Rica en erupción.

El médico, para quien la única manera de conservar la mente joven es manteniéndola activa, es también presidente de la Sociedad Nacional de Educadores Cubanoamericanos. ''Su objetivo fundamental es dar a conocer los logros de los profesores cubanoamericanos de todos los niveles y organizar actos que mantengan la herencia cultural cubana''. Y por si fuera poco, también toca la guitarra. ''Me gustan los boleros románticos'', concluye riendo.•

Artistic Photography, Federico Justiniani, Teatro Tower, 1508 SW Calle 8. Hasta el 27 de abril. Información en fjustin@bellsouth.net, www.justinianiphotography.com

iglesiase@bellsouth.net

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