Por Jesús Ibarra,
1 de junio, 2007
Atención San Miguel
Ante el crecimiento desmedido de la población y el desarrollo urbano en San Miguel, se ha vuelto una imperiosa necesidad el cuidar las zonas ecológicas que rodean la ciudad, tales como El Charco del Ingenio y los Picachos, que son fuentes de vida silvestre.
La asociación civil El Charco del Ingenio A.C., que administra la reserva ecológica y el jardín botánico, así como el Parque Landeta, que el gobierno municipal le cedió en comodato, ha estado constantemente preocupada por la creciente amenaza que significa el desarrollo urbano en las zonas aledañas al Charco del Ingenio, como es la colonia residencial Rinconada de Balcones, así como la descarga de aguas residuales provenientes de las casas en la calle Privada Montitlán, hacia los cuerpos de agua que se encuentran en la cañada.
A 17 años de su fundación, se ha logrado que El Charco del Ingenio sea oficialmente reconocido como zona protegida de preservación ecológica, por medio de una declaratoria que entró en vigor desde el 2 de mayo de 2006, y que se supone protegerá la zona ecológica de futuros desarrollos y saneará en lo posible lo que ya existe.
El Charco del Ingenio, oficialmente protegido
Con una superficie de 67 hectáreas, la reserva natural de El Charco del Ingenio, ubicada al noreste de la ciudad, fue creado en 1990, con el objeto de rescatar la última cañada en las afueras de la ciudad que no había sido alcanzada por el desarrollo urbano, y para crear al mismo tiempo un jardín botánico. “La conjunción de estos dos objetivos nos da lo que es ahora El Charco del Ingenio”, dijo César Arias, quien encabeza la asociación civil que administra y a la cual pertenece la reserva ecológica. “Sin El Charco del Ingenio, la cañada sería un espacio más cubierto de fraccionamientos. Hoy en día El Charco está vivo y es auto sustentable”.
Al principio, El Charco fue administrado por una asociación civil llamada Cante A.C. En 1994, la administración local cedió en comodato la tierra de 35 hectáreas llamada Parque Landeta a Cante para ser administrado, junto con la zona ecológica y el jardín botánico, pero como un parque público para la recreación de la gente.
En 1998, como Cante tenía muchos proyectos en el todo el país, se decidió crear otra asociación civil para que se dedicara exclusivamente a la reserva ecológica y al jardín botánico, y así surgió El Charco del Ingenio A.C. Hoy, la reserva natural y el jardín botánico son manejados por la asociación civil. El Parque Landeta pertenece al gobierno municipal pero sigue siendo administrado por El Charco. “Desde su creación, hemos luchado para lograr que el área sea oficialmente protegida por la administración local, pero fue hasta la administración pasada, que a instancias del presidente municipal Luis Alberto Villarreal, el Ayuntamiento declaró oficialmente El Charco del Ingenio como una zona protegida, el 2 de mayo de 2006,” dijo Arias.
Manifestó también que la reserva natural, ahora llamada ZPECHIZA (Zona de Preservación Ecológica de El Charco del Ingenio y áreas adyacentes) está dividida en dos zonas: la zona núcleo y la zona de amortiguamiento. El núcleo está compuesto por 182 hectáreas, incluyendo 67 hectáreas del Charco del Ingenio y 35 del Parque Landeta. La zona de amortiguamiento se compone de 210 hectáreas, y es un área que protege la reserva natural del desarrollo urbano, que incluye algunas casas y otras colonias populares.
Según Arias, en la zona de núcleo hay varios cuerpos de agua que son propiedad federal como la Presa del Obraje, el Charco del Ingenio, la Presa de las Colonias, y el manantial de San Carlos, que recibe las aguas que vienen de los Picachos, Alcocer y Támbula. “En la Presa del Obraje, se encuentra la legendaria poza del Charco del Ingenio, que está en el fondo del cañón. Esta poza es mítica y ritual para la población de la zona. Hay una leyenda sobre los seres míticos del inframundo, como Chan, que se supone cuida las cuevas y los manantiales”, dijo Arias. “Nadie nada en la poza, y la gente dice que no tiene fondo. El difícil acceso geográfico también le da un carácter mítico”. Arias comentó que según varios estudios la zona ecológica incluye 580 especies de flora, como arbustos (mesquites y huizaches) y cactus (órgano, garambullo y nopal).
La fauna incluye nueve especie de anfibios (ranas), 151 especies de pájaros, 19 especies de reptiles (iguanas y serpientes), y 16 especies de mamíferos (conejos, coyotes, gatos salvajes, y comadrejas). “Sería fantástico tener un inventario de insectos, pero por lo pronto no ha sido posible,” dijeron las Arias.
Amenazas para El Charco
Según Arias, la amenaza principal para El Charco del Ingenio es el fraccionamiento Rinconada de Balcones, adyacente a la zona de preservación. “Los fraccionadores no respetaron el carácter ecológico de la zona” dijo. “Tampoco respetaron las restricciones de altura para las casas. Los lotes son de 500 metros cuadrados o hasta más pequeñas. Con lotes tan reducidos, tuvieron que construir casas de dos o tres pisos que afectan el paisaje visual, y que además no tienen sistema de drenaje”. Según Arias, las casas de Privada Montitlán, la calle que baja de Balcones, contaminan el Arroyo del Obraje con aguas residuales. Manifestó también que la declaración de la zona como reserva ecológica protegida, es un intento de evitar nuevos desarrollos como estos que amenazan la zona ecológica y de “sanear en lo posible los ya existentes”.
La declaración
La declaración que oficialmente reconoce y protege El Charco del Ingenio como una reserva natural declara que la zona núcleo debe ser conservada y desarrollada sólo como un área ecológica. La educación ecológica y la investigación también forman parte del plan para el área, con programas como el del Día del Medio Ambiente, que se celebra el 29 de abril de cada año, cuando varios sanmiguelenses de todas las edades participan en limpiar el Parque Landeta; o como el programa de recuperación de cucharilla, la planta silvestre usada en festividades religiosas locales en San Miguel, que satisfactoriamente propagó 30,000 de estas plantas en peligro de extinción.
Según Don Patterson, director de Ecología, la meta de la declaración es proteger las fuentes de agua superficial. “Ahora consumimos el agua subterránea. Tenemos que proteger el agua superficial, que es una opción a largo plazo para un abastecimiento de agua para la ciudad,” dijo Patterson.
La declaración establece cuatro restricciones para la zona de amortiguamiento: No se podrán construir casas de más que un piso, de modo que el paisaje natural no se vea afectado. Los lotes deben ser cuando menos de 1,000 metros cuadrados. No se permite ninguna construcción pegada a la zona de núcleo, debiéndose respetar varios metros de distancia como área verde. La propagación de la flora local debe ser promovida y se debe evitar la introducción masiva de especies exóticas
El plan de manejo
La declaración obliga a la Dirección de Ecología a presentar un plan de manejo para ZPECHIZA. Don Patterson anunció que fueron contratados para realizar el plan especialistas de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), bajo la dirección de Doctor Raúl Pineda, profesor en el Departamento de Biología de la UAQ.
Durante las semanas pasadas, la Dirección de Ecología organizó varias reuniones en las cuales presentó el plan de manejo para la zona ecológica y que estuvieron abiertas al público”. “Presentamos el plan en cuatro reuniones”, dijo Patterson. “Las primeras dos eran para los directamente involucrados, como desarrolladores, propietarios, y los miembros de El Charco del Ingenio A.C. La tercera reunión fue abierta el público, pero lamentablemente sólo dos personas asistieron. Es triste ver la falta de interés de la ciudadanía. En la cuarta reunión hablamos de los aspectos legales del plan”.
“La ZPECHIZA representa un área de un alto valor paisajístico que alberga ecosistemas con alto grado de conservación. También existe ahí una gran variedad de germoplasma (el tejido vegetal celular disponible para la reproducción). Esto hace de la zona un área de conservación única que debe ser protegida y conservada,” dijo Pineda, quien añadió que los ecosistemas en ZPECHIZA están amenazados por la falta de un manejo que permita consolidar su estado de conservación”.
El objetivo principal del plan de manejo es mejorar la conservación de la flora y fauna locales, así como el medio ambiente, y proteger el germoplasma local, mediante el control de la introducción masiva de especies exóticas y evitar las especies nocivas. Otros objetivos del plan incluyen la creación de un sistema de seguridad y un cuerpo de vigilancia, y el establecimiento de un sistema para la prevención y el control de incendios.
Según Patterson, el plan de manejo fue pagado parcialmente por el Fondo Verde, que obtiene dinero de las multas que recibe la Dirección de Ecología por retrasos en los pagos de verificación vehicular y los permisos que otorga la dirección por los cuales cobra una cuota. “Otros fondos se obtienen del Ramo 33 (fondos federales designados para proyectos estatales y municipales)”. Patterson informó que después de que los involucrados fueron informados y consultados sobre el plan, y después de ser revisado por la Dirección de Ecología y los especialistas de la UAQ, será autorizado por el Ayuntamiento y publicado en le Diario Oficial del Estado de Guanajuato. “Tenemos de plazo hasta julio para presentarlo al Ayuntamiento”, dijo Patterson.
Arias manifestó que el plan será ejecutado por un consejo formado por representantes de los diferentes sectores involucrados en ZPECHIZA, para evitar cualquier interés político o inmobiliario. “Se planea que el consejo esté formado por dos representantes del gobierno municipal, un representante de alguna asociación ecologista como Audubon, FAI o CASA, dos representantes de la zona de amortiguamiento, un desarrollador y un residente de uno de las colonias populares cerca del Charco como Palmita de Landeta; dos académicos de la UAQ, y un representante federal de CONAGUA (Comisión Nacional del Agua), ya que los cuerpos de agua son propiedad federal y se necesitan tomar decisiones acerca de ellos.
lunes, 4 de junio de 2007
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