Greenwash es el término que se usa para calificar la relación que tienen las grandes corporaciones -o cualquier empresa en general- entre sus políticas ambientales/sociales reales y la imagen que ofrecen de ellas mismas a la opinión pública.
Uno de los ejemplos más claros y más denunciados a nivel internacional es el café de Starbucks.
El compromiso con los orígenes del café Starbucks.
Para quien haya tenido la experiencia de entrar en un Starbucks, haya disfrutado del ambiente chill y del coffee experience, quizá haya tenido también la suficiente curiosidad para leer los folletos que allí se reparten: salta a la vista el gran compromiso social que aparentemente gobierna cada detalle de esta empresa, la trasnacional más importante del mundo en cuanto a café se refiere. Pero profundicemos un poco más en detalle en estos compromisos.
Copio textualmente uno de los párrafos de sus trípticos (espero que no me denuncien por violar su copyright):
Con nuestro programa “Compromiso por los Orígenes” estamos asentando nuestra colaboración con Conservation International y desarrollando una notable implicación en su proyecto de investigación de la conservación de Chiapas y Méjico, por citar alguno de los lugares de intervención.
Pero… ¿Quién hay detrás de Conservation International?
Conservation International es una pseudo-ong estadounidense creada en 1987 y según sus estatutos, su misión es “conservar vivo el patrimonio del planeta y la biodiversidad global”.
En la información de dominio público que tienen en su web informan que sus principales ingresos provienen de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y de las corporaciones Citigroup, Exxon Mobil, ICBG, McDonalds y… Starbucks.
En Chiapas, el Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales y Económicas (CAPISE) y el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC), acusan a Conservation International de “representar el caballo de Troya de grandes corporaciones trasnacionales y del gobierno estadounidense para intervenir en los recursos naturales de México y otras naciones”.
Además Conservation International ha sido acusada por diversos grupos y organizaciones de practicar biopiratería en los diferentes proyectos que tiene a su cargo en la selva Lacandona. Concretamente recolecta plantas y microorganismos en los países donde trabaja en provecho de su “alianza estratégica” con transnacionales farmacéuticas para identificar, documentar y patentar el uso de medicinas tradicionales por pueblos indígenas.
Como podéis comprobar, hay un extraño alineamiento entre Conservation Internacional y Starbucks, que puede poner en grave peligro los lazos comerciales que se han ido fraguando a lo largo de los años entre los diferentes sellos de comercio justo y las distintas cooperativas, tal como denuncian diferentes informes:
(…) “El peligro es aún más evidente desde que Starbucks compra café en la región. El esfuerzo de las cooperativas de café para integrarse a la red de comercio justo es muy grande como para ignorar el riesgo que implica para ellos la entrada de transnacionales en el comercio justo.”
Y… ¿El comercio justo no era bueno?
Hoy, más de 200 trasnacionales expenden productos con la certificación de comercio justo, su propia certificación, entre ellas Starbucks, Dunkin Donuts, Sara Lee y Thanksgiving Coffe Company. Desgraciadamente, la aparición de estas firmas no vienen a traer otra cosa que confusión al consumidor final y donde no están claramente definidos los compromisos de los distintos sellos.
En el caso de Starbucks comercializa en sus establecimientos en el Estado Español sus productos de “Comercio Justo” certificados en Estados Unidos. El Comercio Justo se ha transformado en una nueva forma de marketing ambiguo y eficaz para las empresas.
No hay que dejarse engañar por el grenwashing de las distintas corporaciones y comprar a ciegas cuando se trate de comercio justo, conviene no confundir las empresas con compromisos más respetuosos como Max Havelaar con el resto de productos-imagen.
Concretamente Fairtrade Labelling Organizations International (FLO International) es la entidad internacional responsable de la definición y de la certificación de los Estándares del Comercio Justo.
A pesar de que Sodepaz afirma que es toda una contradicción (o como diría Arcadi Oliveres: ¡Oximorón!) que FLO Internacional se centre solo en la producción en el sur y no en la comercialización en el norte, ya que podemos encontrar estos productos en los centros comerciales de las compañías más agresivas con el sur, considero que debemos ser los consumidores los que nos neguemos a comprar estos productos (y por supuesto cualquier producto en general) en grandes superficies.
Starbucks y Conservation Internacional
La cadena de café Starbucks trata de imponer sus propios criterios en la compra y producción del café, su llegada a a las reservas Ecológicas de Montes Azules y El Triunfo, en Chiapas vinieron acompañadas de una serie de fuertes protestas en el estado de Chiapas.
El método seguido por Conservation International es el mismo que usa la OMC para integrar a un país dentro de su círculo: mediante la firma de contratos entre las cooperativas de café y Starbucks, contratos que una vez firmados tienen una vigencia ilimitada, es decir, no pueden ser posteriormente cancelados por parte de las cooperativas.
Además, se les exige el cese de las relaciones comerciales con cualquier otra entidad. Las cooperativas afectadas acusan a Conservation International y a Starbucks de pretender imponer una estrategia neo-colonizadora y favorecer una dependencia hacia la transnacional, afectando así las capacidades organizativas de los productores.
Tal es la alarma social que se está generando en Guatemala que las Comunidades de Población en Resistencia del Petén expresaron abiertamente su preocupación por lo que pretende hacer en sus tierras.
En Palabras de Reynaldo Lopez, productor cafetero (La Jornada, 26 abril 2004):
“La actitud de CI era de o lo tomas, o lo dejas, porque yo tengo el mercado y te tienes que alienar o te vas.”
Una vez que Conservation Internacional copó el mercado de café local empezó a obligar a las cooperativas el pago de una cuota de mercado entre 5 a 15 dólares estadounidenses por quintal vendido.
Una de sus políticas es abrir masivamente cafeterías en una ciudad y hundir el comercio local.
Productos sanos.
Llama la atención el boicot en más de 100 ciudades de Estados Unidos contra las tiendas de café Starbucks, por el uso de ingredientes alterados genéticamente y de alimentar a las vacas que producen la leche que se sirve con el café con hormonas de crecimiento bovino.
La hormona recombinante bovina del crecimiento está prohibida en Canadá y Europa, pero no en EE.UU. donde fue aprobada en 1993.
El grupo medico estima que entre el 10 y el 15% de los productores lácteos están utilizando la hormona en sus ganados.
The Associated Press / Seattle Times, USA
Básicamente se trata de una hormona introducida bajo la presión de la compañía Monsanto, que hace aumentar la producción de la leche.
Pero entonces, ¿Es orgánico?
El café orgánico se producía mucho antes de la llegada de Conservation International, se trataba de lo que se denomina “bajo sombra”, que consiste en plantarlo bajo los árboles y sin aditivos para no destruir el propio entorno al realizar la explotación .
La certificación orgánica no la tiene Conservation International, sino las propias cooperativas, de esta forma se aprovecha de la certificación de los productores sin asumir ningún gasto.
Os invito a no participar más en la explotación del sur dejando de consumir en Starbucks, dejemos de creernos las mentiras que escriben en sus papelitos.
http://feenelcaos.org/2006/05/el-greenwashing-de-starbucks/
sábado, 22 de marzo de 2008
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