Otro transportista víctima de asaltantes

El Sol de San Luis
3 de marzo de 2009
Redacción / El Sol de San Luis

San Luis Potosí, San Luis Potosí.- En el tramo de la carretera 57 San Luis-Querétaro fue sometido un transportista por varios individuos armados que lo interceptaron al salir de tomar café en un paradero, para quitarle el trailer cargado con toneladas de tubería de cobre y acero.

Los hampones luego de privarlo de su libertad por largas horas a bordo de una camioneta, "muy decentes" y conscientes le dieron dinero para que rentara una habitación en un hotel de San Miguel Allende, Guanajuato, donde finalmente lo abandonaron.

La víctima de la banda de "asalta-traileros" fue el joven José Luis Hernández, de 28 años de edad, originario del Distrito Federal quien presta sus servicios como operador para la empresa "Autotransportes Pablo Daniel".

Trae a su cargo un tractocamión Kenworth, modelo 1976, color hueso, matrícula 599-ED3 y una plataforma blanca marca Altamirano, modelo 1992, placas 549-VT8, con el cual salió de Monterrey, Nuevo, León con destino a la Ciudad de México, cargado con tubería de cobre y acero.

Por la madrugada llegó a Matehuala y a las 08:30 horas circulaba por el tramo San Luis-Querétaro, pero se detuvo en un paradero llamado "Villena", adelante de Tierra Blanca, a tomar un café en el restaurante "El Herradero" y evitar le diera sueño.

Minutos más tarde que se disponía a continuar su camino, antes de llegar al trailer le salieron al paso varios individuos que le apuntaron con armas de fuego y lo subieron a una camioneta tipo pick up, color negro, de doble cabina, donde lo acostaron boca abajo en el asiento trasero.

Ahí le quitaron su cartera con 1,200 pesos y documentos y se lo llevaron en la unidad, mientras otros hampones tripularon el trailer.

Después de horas de circular, a las 13:00 horas se detuvieron en el hotel denominado "Casa de Iso Ojeda", ubicado en San Miguel de Allende, Guanajuato. Un delincuente le dio 500 pesos y le ordenó que se metiera al citado hotel y rentara un cuarto, advirtiéndole que no saliera porque lo estarían vigilando.

Ya en la habitación asignada le habló a su patrón para ponerlo al tanto de lo ocurrido, dando parte a la policía que inició las investigaciones sobre el paradero de los malhechores.