Por: Emmanuel Moreno,
Jueves, 16 de Agosto de 2007
Correo
El gobierno local firmó convenio con la UNAM para realizar un estudio de ‘visión municipal’
San Miguel de Allende
El gobierno de San Miguel de Allende y la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) firmaron un convenio para realizar un estudio denominado ‘Gran Visión Municipal’.
Dicho análisis tiene la finalidad de atraer proyectos sólidos que permitan diseñar el futuro económico de San Miguel de Allende y coordinar planes integrales de desarrollo en la Zona II norte del estado de Guanajuato, además de establecer compromisos con la Biblioteca Pública, la Facultad de Economía de la UNAM y el municipio para arrancar con la realización de un Centro de Educación Continua para que se realicen estudios de maestría, doctorados, diplomados y otras especialidades vía Internet en materia de economía y otras ciencias, validados por la UNAM.
La firma del convenio fue encabezada por el alcalde Jesús Correa Ramírez y el representante de la Facultad de Economía de la UNAM, Roberto Escalante Semerena. Otro de los proyectos que se pondrán en marcha es la creación de ‘La Casa de Europa’ en San Miguel de Allende, en la cual se podrá contar con investigadores de alto nivel para recibir mensualmente muestras comerciales y culturales de países de la unión europea que permitan a los sanmiguelenses acceder a nuevos conocimientos, culturas, productos, tecnologías y mercados.
El representante de la Facultad de Economía de la UNAM, Roberto Escalante Semerena enfatizó que la Universidad también proporcionará los recursos tecnológicos para que haya acceso directo a la biblioteca de la máxima casa de estudios del país y una de las más importantes del mundo.
"Queremos establecer en San Miguel de Allende el Centro de Estudios Económicos Superiores del Bajío de la Universidad Nacional Autónoma de México y por ello es este acercamiento, del cual estamos seguros que de inmediato rendirá sus primeros frutos", declaró.
Dentro del convenio se prevé la participación de destacados conferencistas internacionales a través de una sala interactiva, aunque en algunas ocasiones también será de forma presencial.
La firma también avala la creación de aulas multimedia para proyectos de educación a distancia.
jueves, 16 de agosto de 2007
miércoles, 15 de agosto de 2007
Mil 99 árboles
Por Sergio Aguayo Quezada
Reforma
El choque entre intereses particulares y generales se actualiza constantemente. A últimas fechas uno de sus ejes está en el esfuerzo global por conciliar el desarrollo con el respeto al medio ambiente.
Jiutepec es la ciudad más poblada de Morelos y sus árboles y su estilo de vida están siendo devorados por el ladrillo, el chapopote y el concreto. El Consorcio Ara compró un terreno de 56 mil metros cuadrados a dos cuadras del Zócalo. Se le conoce como Los Venados y es, más bien, un bosque de 2 mil 13 árboles, buena parte de los cuales tienen entre 20 y 30 años. La empresa buscó por años un permiso para construir 400 casas y finalmente lograron que la presidencia municipal panista encabezada por Demetrio Román Isidoro le entregara en octubre del 2006, seis días antes de dejar el cargo, una licencia para construir 228 casas y talar mil 99 árboles.
El proyecto enfrentó la resistencia de un grupo de vecinos que formaron el Frente Cívico en Defensa del Predio Los Venados. Entre sus líderes destacan Carmen Rodríguez e Isaac Medardo Herrera, quienes probaron irregularidades como la violación al Programa Municipal de Desarrollo Urbano, la falta de una evaluación de impacto ambiental, la incapacidad de proporcionar drenaje o agua potable... Un guión repetido una y otra vez por todo el país.
El Consorcio Ara ha sido un próspero constructor de casas. Si en 1996 ganó 191 millones, en el 2006 su utilidad llegó a los mil 95 millones y por eso su presidente, Germán Ahumada Russek, presume que es la desarrolladora que mayores utilidades deja a "inversionistas, empresa y empleados". El futuro será bastante mejor porque según la revista de negocios Mundo Ejecutivo, "existe buena química entre la Presidencia de Ara y Felipe Calderón" y como es por todos conocido la política tiene la llave de acceso a los buenos negocios.
Su proyecto de Jiutepec está enfrentando las resistencias del nuevo presidente municipal perredista, Rabindranath Salazar Solorio, quien se tomó en serio las denuncias ciudadanas e hizo una investigación propia que sacó a la luz tantas irregularidades que en la sesión de cabildo del pasado 11 de julio se decidió por unanimidad suspender por 90 días el inicio de las obras para solicitar un dictamen pericial de especialistas en el tema. Así empezó la guerra entre la empresa y la autoridad municipal.
El municipio solicitó el respaldo de René Drucker, coordinador de la Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien convocó a institutos y facultades para integrar un equipo de científicos mexicanos dispuestos a trabajar de manera voluntaria. Entre ellos, Abizai García, Tomás González Noura, Pedro Magaña, Luis Quintana Robles, Francisco Rodríguez, Ramiro Rodríguez y Jaime Yamamoto.
El pasado viernes 10 de agosto llegaron los científicos al predio; los esperaban los abogados de la empresa con instrucciones muy precisas: se prohíbe a los científicos tomar fotos, recolectar muestras, hacer mediciones... El ayuntamiento se inconformó y ahí mismo elaboró una minuciosa acta donde constaba lo que pasaba y se preparan a tomar medidas que posibiliten el peritaje científico.
En esas condiciones la expedición científica se convirtió en un agradable paseo durante el cual el biólogo iba señalando cuál árbol era "primario", cuál "secundario" y de dónde venía y para qué servía tal o cual planta. El geólogo comentaba la función de los resumideros naturales que alimentan, con agua de lluvia, los mantos freáticos. Es un lugar precioso y podría convertirse en parque ecológico y centro de cultura. Por el momento eso es un sueño: lo real es un conflicto representativo de las miles de batallas que se libran en todo el país entre los preocupados por el ambiente y los decididos a "desarrollar" con base en el lucro.
El Consorcio Ara no se distingue por su compromiso ambiental. El tema ni se menciona en su página y ha ido acumulando protestas por el maltrato a los árboles; es el caso de Ecatepec en el estado de México y de Emiliano Zapata en Morelos. En entrevista telefónica, Daniel Cisneros, un directivo de Ara, invoca los derechos adquiridos por la empresa con los permisos recibidos y como muestra de sensibilidad subraya su ofrecimiento de "diseñar un parque ecológico en otro lado del municipio y en la medida de lo posible contribuir económicamente a su construcción".
Con estos antecedentes sorprende que el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) otorgara al Consorcio Ara en el 2006 y el 2007 el reconocimiento de empresa socialmente responsable por su "respeto por los valores éticos, la gente, las comunidades y el medio ambiente". Quién sabe cuáles criterios siguió Cemefi para honrar a Ara porque si Jiutepec es botón de muestra, su historial en temas de medio ambiente está tan percudido como la forma en que obtuvo sus licencias.
El presidente Felipe Calderón quiere imitar a Al Gore e inspirado en el Programa "Plantemos para el Planeta" de un Programa de Naciones Unidas, la Semarnat se compromete y presume que "Este año en México ¡Vamos a plantar 250 millones de árboles!", ¡una cuarta parte de los mil millones que la ONU quiere sembrar en todo el mundo! En promesas somos imbatibles porque ni la Semarnat ni las otras delegaciones federales de Morelos parecieran ser militantes del Verde Ecologista porque ni hacen ni dicen nada sobre el conflicto en Jiutepec. La excepción es el Instituto Nacional de Antropología e Historia que revisará si en el predio hay vestigios precolombinos.
La liviandad federal permite valorar el compromiso de los ciudadanos y de una presidencia municipal que espera la opinión de los científicos. La asesora legal del ayuntamiento, Bertha Rendón, es tajante al respecto: "su dictamen y recomendaciones serán vinculante para el Ayuntamiento de Jiutepec". Todo ello como parte de un combate monumental para redefinir lo que es el "desarrollo".
La Miscelánea
Hace dos semanas me uní, en este mismo espacio (ver columna "Sin identidad") a quienes habían criticado al gobierno de la Ciudad de México por la insensibilidad con que manejaron una contingencia ambiental: sin aviso ni advertencia impidieron a los vehículos con placas de otros estados el ingreso a la capital. La semana pasada Caminos y Puentes Federales, dirigido por Humberto Treviño, y la Secretaría del Medio Ambiente capitalina, presidida por Martha Delgado, llegaron a un saludable acuerdo para evitar que vuelva a maltratarse de esa manera a la ciudadanía.
Correo electrónico: sergioaguayo@infosel.net.mx
Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo
Fecha de publicación: 15 Ago. 07
Reforma
El choque entre intereses particulares y generales se actualiza constantemente. A últimas fechas uno de sus ejes está en el esfuerzo global por conciliar el desarrollo con el respeto al medio ambiente.
Jiutepec es la ciudad más poblada de Morelos y sus árboles y su estilo de vida están siendo devorados por el ladrillo, el chapopote y el concreto. El Consorcio Ara compró un terreno de 56 mil metros cuadrados a dos cuadras del Zócalo. Se le conoce como Los Venados y es, más bien, un bosque de 2 mil 13 árboles, buena parte de los cuales tienen entre 20 y 30 años. La empresa buscó por años un permiso para construir 400 casas y finalmente lograron que la presidencia municipal panista encabezada por Demetrio Román Isidoro le entregara en octubre del 2006, seis días antes de dejar el cargo, una licencia para construir 228 casas y talar mil 99 árboles.
El proyecto enfrentó la resistencia de un grupo de vecinos que formaron el Frente Cívico en Defensa del Predio Los Venados. Entre sus líderes destacan Carmen Rodríguez e Isaac Medardo Herrera, quienes probaron irregularidades como la violación al Programa Municipal de Desarrollo Urbano, la falta de una evaluación de impacto ambiental, la incapacidad de proporcionar drenaje o agua potable... Un guión repetido una y otra vez por todo el país.
El Consorcio Ara ha sido un próspero constructor de casas. Si en 1996 ganó 191 millones, en el 2006 su utilidad llegó a los mil 95 millones y por eso su presidente, Germán Ahumada Russek, presume que es la desarrolladora que mayores utilidades deja a "inversionistas, empresa y empleados". El futuro será bastante mejor porque según la revista de negocios Mundo Ejecutivo, "existe buena química entre la Presidencia de Ara y Felipe Calderón" y como es por todos conocido la política tiene la llave de acceso a los buenos negocios.
Su proyecto de Jiutepec está enfrentando las resistencias del nuevo presidente municipal perredista, Rabindranath Salazar Solorio, quien se tomó en serio las denuncias ciudadanas e hizo una investigación propia que sacó a la luz tantas irregularidades que en la sesión de cabildo del pasado 11 de julio se decidió por unanimidad suspender por 90 días el inicio de las obras para solicitar un dictamen pericial de especialistas en el tema. Así empezó la guerra entre la empresa y la autoridad municipal.
El municipio solicitó el respaldo de René Drucker, coordinador de la Investigación Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien convocó a institutos y facultades para integrar un equipo de científicos mexicanos dispuestos a trabajar de manera voluntaria. Entre ellos, Abizai García, Tomás González Noura, Pedro Magaña, Luis Quintana Robles, Francisco Rodríguez, Ramiro Rodríguez y Jaime Yamamoto.
El pasado viernes 10 de agosto llegaron los científicos al predio; los esperaban los abogados de la empresa con instrucciones muy precisas: se prohíbe a los científicos tomar fotos, recolectar muestras, hacer mediciones... El ayuntamiento se inconformó y ahí mismo elaboró una minuciosa acta donde constaba lo que pasaba y se preparan a tomar medidas que posibiliten el peritaje científico.
En esas condiciones la expedición científica se convirtió en un agradable paseo durante el cual el biólogo iba señalando cuál árbol era "primario", cuál "secundario" y de dónde venía y para qué servía tal o cual planta. El geólogo comentaba la función de los resumideros naturales que alimentan, con agua de lluvia, los mantos freáticos. Es un lugar precioso y podría convertirse en parque ecológico y centro de cultura. Por el momento eso es un sueño: lo real es un conflicto representativo de las miles de batallas que se libran en todo el país entre los preocupados por el ambiente y los decididos a "desarrollar" con base en el lucro.
El Consorcio Ara no se distingue por su compromiso ambiental. El tema ni se menciona en su página y ha ido acumulando protestas por el maltrato a los árboles; es el caso de Ecatepec en el estado de México y de Emiliano Zapata en Morelos. En entrevista telefónica, Daniel Cisneros, un directivo de Ara, invoca los derechos adquiridos por la empresa con los permisos recibidos y como muestra de sensibilidad subraya su ofrecimiento de "diseñar un parque ecológico en otro lado del municipio y en la medida de lo posible contribuir económicamente a su construcción".
Con estos antecedentes sorprende que el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) otorgara al Consorcio Ara en el 2006 y el 2007 el reconocimiento de empresa socialmente responsable por su "respeto por los valores éticos, la gente, las comunidades y el medio ambiente". Quién sabe cuáles criterios siguió Cemefi para honrar a Ara porque si Jiutepec es botón de muestra, su historial en temas de medio ambiente está tan percudido como la forma en que obtuvo sus licencias.
El presidente Felipe Calderón quiere imitar a Al Gore e inspirado en el Programa "Plantemos para el Planeta" de un Programa de Naciones Unidas, la Semarnat se compromete y presume que "Este año en México ¡Vamos a plantar 250 millones de árboles!", ¡una cuarta parte de los mil millones que la ONU quiere sembrar en todo el mundo! En promesas somos imbatibles porque ni la Semarnat ni las otras delegaciones federales de Morelos parecieran ser militantes del Verde Ecologista porque ni hacen ni dicen nada sobre el conflicto en Jiutepec. La excepción es el Instituto Nacional de Antropología e Historia que revisará si en el predio hay vestigios precolombinos.
La liviandad federal permite valorar el compromiso de los ciudadanos y de una presidencia municipal que espera la opinión de los científicos. La asesora legal del ayuntamiento, Bertha Rendón, es tajante al respecto: "su dictamen y recomendaciones serán vinculante para el Ayuntamiento de Jiutepec". Todo ello como parte de un combate monumental para redefinir lo que es el "desarrollo".
La Miscelánea
Hace dos semanas me uní, en este mismo espacio (ver columna "Sin identidad") a quienes habían criticado al gobierno de la Ciudad de México por la insensibilidad con que manejaron una contingencia ambiental: sin aviso ni advertencia impidieron a los vehículos con placas de otros estados el ingreso a la capital. La semana pasada Caminos y Puentes Federales, dirigido por Humberto Treviño, y la Secretaría del Medio Ambiente capitalina, presidida por Martha Delgado, llegaron a un saludable acuerdo para evitar que vuelva a maltratarse de esa manera a la ciudadanía.
Correo electrónico: sergioaguayo@infosel.net.mx
Copyright © Grupo Reforma Servicio Informativo
Fecha de publicación: 15 Ago. 07
martes, 14 de agosto de 2007
Del Festival de Música de Cámara de San Miguel de Allende
(2)
Rogelio Macías Sánchez
Redacción/Cambio de Michoacán
Martes 14 de Agosto de 2007
San Miguel Allende es una población muy interesante en su conformación social. Su población de base es como la de cualquier ciudad del Alti- plano mexicano: mestiza, con clases sociales claramente marcadas, con sus realidades económicas y culturales, y también con sus pretensiones.
La hace diferente, desde hace muchos años, un grupo migratorio muy grande de norteamericanos retirados que conforman hasta el diez por ciento de la población, pero que no representan competencia laboral. Es más, generan fuentes de trabajo, pero han modificado algunos patrones de cultura de la región.
Hay además, emigrantes en edad productiva y trabajando en actividades diversas, extranjeros y mexicanos. Sin embargo, San Miguel Allende es una ciudad muy mexicana.
El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ha sido desde su creación en los años 20 del siglo pasado, el órgano rector del arte en México y una de las críticas que se le han hecho siempre ha sido su centralismo.
Pero ha habido una excepción. Desde 1970 tiene una «sucursal» en San Miguel Allende, la única en el país, que se maneja conforme a los lineamientos del centro pero con una notable autonomía administrativa y económica.
Desde su fundación y hasta el 2004 la dirigió Carmen Masip, una linda y culta española inmigrada con motivo de la guerra civil en su país, que después casó con un inglés, culto también e inquieto, Mr. Hawkins. Ellos convocaron a los ricos del lugar para, a través de un patronato privado, unir fuerzas con el INBA y crear un evento universal y trascendente de cultura musical. A este llamado acudieron muchos, pero casi sólo norteamericanos, y su líder por años fue Tom Sawyer.
Así se creó el Festival de Música de Cámara de San Miguel Allende, que es una de las instituciones culturales más sólidas en el ambiente musical de nuestro país. Sus principios irrenunciables fueron la calidad excelsa, la seriedad absoluta en cumplir lo ofrecido y la austeridad, pues nunca hubo oropel, ni de gratis.
Además, y primero que nada, ha estado presente la labor educativa de alto nivel. Una enorme fuerza de trabajo son sus voluntarios, que son muchos y prácticamente todos norteamericanos, como el público, que casi siempre llena el teatro. Ahí se han presentado los cuartetos Fine Arts, el de Tokio, el de San Petesburgo, el Latinoamericano, el Emerson, el Ying, el Penderecki, el Ensamble de las Rosas, los tríos Borodin y de Budapest, entre muchos otros, además de notables solistas, mexicanos y de otras naciones.
Los tiempos han cambiado. Murieron los fundadores y ahora los organizadores son otros, aunque siguen siendo norteamericanos. También es otro público. Se conserva el mismo esquema organizativo pero el ambiente se ha relajado y eso no necesariamente es bueno. El público ya no viste bien para estar en la música. Las veladas no inician puntuales y no es raro que los programas se cambien sobre la marcha.
Dejan entrar niños muy pequeños y permiten el acceso durante la interpretación de las obras. Hay más público, mexicano, que entra sin saber a qué va y por supuesto que se sale a medias. Al principio de cada programa, el presidente del consejo toma el micrófono para presentar al grupo en turno, pero aprovecha para dar información, hacer algunas bromas, comentarios desinformados e, incluso, proponer que se aplauda entre los movimientos.
Por fortuna no tuvo muchos seguidores. Pero todo esto es un cambio de actitud social, iconoclasta, postmoderna, pero creo que no será buena, a largo plazo, para preservar la calidad depurada y de excepción que siempre caracterizó a ese festival.
Y bien, volviendo a los conciertos, que son la razón de ser del festival mismo y de nuestras peregrinaciones, el miércoles 8 de agosto se dio uno con carácter especial. Fue en el Santuario de Atotonilco, reabriendo la Capilla del Calvario después de diez años de restauración.
Estuvo a cargo del Cuarteto Rossetti y presentaron un programa con el Cuarteto K499 de Mozart, dos valses de Dvorák, el Cuarteto de cuerdas de Debussy y un encore, el Adagio del cuarteto de cuerdas opus 105, también de Dvorák. La acústica, estupenda, nos permitió casi disecar cada sonido individual, sin aislarlos del conjunto. La ejecución fue estupenda y la interpretación también, muy enérgica y por momentos hasta sonando rasposa, pero, quizá por ello, tremendamente emotiva. El encore, conmovedor.
Al día siguiente, el jueves 9 de agosto, el concierto se dio en una bodega del Rancho La Loma, propiedad magnífica a cinco kilómetros de San Miguel. Estuvo a cargo del Quinteto de Alientos Imani.
El programa, salvo el Scherzo del Sueño de una noche de verano de Mendelssohn con que abrieron, fue muy alternativo. Siguieron con Shadow, pieza compleja del compositor Narong Prangcharoen, que consiste en fragmentos de canciones tailandesas tratadas con los principios de la música clásica occidental y con un programa externo psicopático.
De Valerie Coleman, la flautista del conjunto, siguió el Concierto para quinteto de alientos, de motivación afrocubana y trabajo compositivo complejo y moderno. Después del intermedio vino Fuga en estéreo de Piazzola, pieza sensacional por su sentimiento y enorme trabajo académico: un tango y una fuga muy elaborados.
De Manuel de Falla nos trajeron tres piezas españolas, cuya adaptación para el quinteto de cuerdas es desafortunada, pues De Falla, al fin y al cabo, es un impresionista, cuya música cobra sentido cabal con los colores y timbres originales.
Cerraron con una pieza muy sentida, Fe, también de Valerie Coleman, y un encore muy lucido que tocaron entre el público. No sé el nombre ni el autor, pero enloquecimos, como fue todo el concierto, por la calidad y entrega del Quinteto Imani.
Para los dos conciertos finales el festival regresó a su casa, el Teatro Ángela Peralta. El viernes 10 de agosto se presentó el Cuarteto Brentano, dos mujeres y dos hombres jóvenes. El programa abrió con la adaptación para cuarteto de cuerdas de cuatro madrigales de Claudio Monteverdi.
Le suprimieron los textos lamentosos y le dejaron todo el peso dramático a la música, la cual, con su simpleza y monotonía, aburre. Vino después el Cuarteto K589 de Mozart, que, además de ser una obra de sabiduría musical extrema, conlleva un cierto sentido de resignación. Es el penúltimo de sus cuartetos.
La interpretación del Cuarteto Brentano se dio sin pena ni gloria, sin emoción. Todo lo contrario fue con el Cuarteto opus 127 de Beethoven, que es también una obra del final de su vida, parte medular de su testamento musical, pieza visionaria del modernismo y una confesión íntima de su vida entera, particularmente el segundo movimiento. La interpretación fue sublime, emotiva, nos cerró la garganta por un llanto contenido y se quedó en nuestra memoria para siempre.
Al día siguiente, el sábado 11 de agosto, el festival cerró con un programa en el que participaron dos cuartetos, el Brentano y La Catrina, de nuestros conocidos del Conservatorio de las Rosas. Primeramente, el Cuarteto Brentano tocó el Cuarteto número 64 de Haydn, característicamente haydiniano, de perfección clásica e igual a todos los demás. Bien lo sacó el Cuarteto Brentano. Se agregaron el violista y el violonchelista de La Catrina para tocar el Sexteto de Brahms, larga obra de romanticismo desgarrado y enorme trabajo contrapuntístico que permitió el lucimiento de la gran calidad de ejecutantes de todos los seis. Impresionante. Hubo un intermedio y se juntaron los dos cuartetos para ofrecernos el Octeto de Mendelssohn, obra literalmente maravillosa, de cuando su autor tenía dieciséis años, que recibió la interpretación que se merece.
Hubo un encore por parte de La Catrina y así terminó el XXIX Festival de Música de Cámara de San Miguel Allende
Rogelio Macías Sánchez
Redacción/Cambio de Michoacán
Martes 14 de Agosto de 2007
San Miguel Allende es una población muy interesante en su conformación social. Su población de base es como la de cualquier ciudad del Alti- plano mexicano: mestiza, con clases sociales claramente marcadas, con sus realidades económicas y culturales, y también con sus pretensiones.
La hace diferente, desde hace muchos años, un grupo migratorio muy grande de norteamericanos retirados que conforman hasta el diez por ciento de la población, pero que no representan competencia laboral. Es más, generan fuentes de trabajo, pero han modificado algunos patrones de cultura de la región.
Hay además, emigrantes en edad productiva y trabajando en actividades diversas, extranjeros y mexicanos. Sin embargo, San Miguel Allende es una ciudad muy mexicana.
El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) ha sido desde su creación en los años 20 del siglo pasado, el órgano rector del arte en México y una de las críticas que se le han hecho siempre ha sido su centralismo.
Pero ha habido una excepción. Desde 1970 tiene una «sucursal» en San Miguel Allende, la única en el país, que se maneja conforme a los lineamientos del centro pero con una notable autonomía administrativa y económica.
Desde su fundación y hasta el 2004 la dirigió Carmen Masip, una linda y culta española inmigrada con motivo de la guerra civil en su país, que después casó con un inglés, culto también e inquieto, Mr. Hawkins. Ellos convocaron a los ricos del lugar para, a través de un patronato privado, unir fuerzas con el INBA y crear un evento universal y trascendente de cultura musical. A este llamado acudieron muchos, pero casi sólo norteamericanos, y su líder por años fue Tom Sawyer.
Así se creó el Festival de Música de Cámara de San Miguel Allende, que es una de las instituciones culturales más sólidas en el ambiente musical de nuestro país. Sus principios irrenunciables fueron la calidad excelsa, la seriedad absoluta en cumplir lo ofrecido y la austeridad, pues nunca hubo oropel, ni de gratis.
Además, y primero que nada, ha estado presente la labor educativa de alto nivel. Una enorme fuerza de trabajo son sus voluntarios, que son muchos y prácticamente todos norteamericanos, como el público, que casi siempre llena el teatro. Ahí se han presentado los cuartetos Fine Arts, el de Tokio, el de San Petesburgo, el Latinoamericano, el Emerson, el Ying, el Penderecki, el Ensamble de las Rosas, los tríos Borodin y de Budapest, entre muchos otros, además de notables solistas, mexicanos y de otras naciones.
Los tiempos han cambiado. Murieron los fundadores y ahora los organizadores son otros, aunque siguen siendo norteamericanos. También es otro público. Se conserva el mismo esquema organizativo pero el ambiente se ha relajado y eso no necesariamente es bueno. El público ya no viste bien para estar en la música. Las veladas no inician puntuales y no es raro que los programas se cambien sobre la marcha.
Dejan entrar niños muy pequeños y permiten el acceso durante la interpretación de las obras. Hay más público, mexicano, que entra sin saber a qué va y por supuesto que se sale a medias. Al principio de cada programa, el presidente del consejo toma el micrófono para presentar al grupo en turno, pero aprovecha para dar información, hacer algunas bromas, comentarios desinformados e, incluso, proponer que se aplauda entre los movimientos.
Por fortuna no tuvo muchos seguidores. Pero todo esto es un cambio de actitud social, iconoclasta, postmoderna, pero creo que no será buena, a largo plazo, para preservar la calidad depurada y de excepción que siempre caracterizó a ese festival.
Y bien, volviendo a los conciertos, que son la razón de ser del festival mismo y de nuestras peregrinaciones, el miércoles 8 de agosto se dio uno con carácter especial. Fue en el Santuario de Atotonilco, reabriendo la Capilla del Calvario después de diez años de restauración.
Estuvo a cargo del Cuarteto Rossetti y presentaron un programa con el Cuarteto K499 de Mozart, dos valses de Dvorák, el Cuarteto de cuerdas de Debussy y un encore, el Adagio del cuarteto de cuerdas opus 105, también de Dvorák. La acústica, estupenda, nos permitió casi disecar cada sonido individual, sin aislarlos del conjunto. La ejecución fue estupenda y la interpretación también, muy enérgica y por momentos hasta sonando rasposa, pero, quizá por ello, tremendamente emotiva. El encore, conmovedor.
Al día siguiente, el jueves 9 de agosto, el concierto se dio en una bodega del Rancho La Loma, propiedad magnífica a cinco kilómetros de San Miguel. Estuvo a cargo del Quinteto de Alientos Imani.
El programa, salvo el Scherzo del Sueño de una noche de verano de Mendelssohn con que abrieron, fue muy alternativo. Siguieron con Shadow, pieza compleja del compositor Narong Prangcharoen, que consiste en fragmentos de canciones tailandesas tratadas con los principios de la música clásica occidental y con un programa externo psicopático.
De Valerie Coleman, la flautista del conjunto, siguió el Concierto para quinteto de alientos, de motivación afrocubana y trabajo compositivo complejo y moderno. Después del intermedio vino Fuga en estéreo de Piazzola, pieza sensacional por su sentimiento y enorme trabajo académico: un tango y una fuga muy elaborados.
De Manuel de Falla nos trajeron tres piezas españolas, cuya adaptación para el quinteto de cuerdas es desafortunada, pues De Falla, al fin y al cabo, es un impresionista, cuya música cobra sentido cabal con los colores y timbres originales.
Cerraron con una pieza muy sentida, Fe, también de Valerie Coleman, y un encore muy lucido que tocaron entre el público. No sé el nombre ni el autor, pero enloquecimos, como fue todo el concierto, por la calidad y entrega del Quinteto Imani.
Para los dos conciertos finales el festival regresó a su casa, el Teatro Ángela Peralta. El viernes 10 de agosto se presentó el Cuarteto Brentano, dos mujeres y dos hombres jóvenes. El programa abrió con la adaptación para cuarteto de cuerdas de cuatro madrigales de Claudio Monteverdi.
Le suprimieron los textos lamentosos y le dejaron todo el peso dramático a la música, la cual, con su simpleza y monotonía, aburre. Vino después el Cuarteto K589 de Mozart, que, además de ser una obra de sabiduría musical extrema, conlleva un cierto sentido de resignación. Es el penúltimo de sus cuartetos.
La interpretación del Cuarteto Brentano se dio sin pena ni gloria, sin emoción. Todo lo contrario fue con el Cuarteto opus 127 de Beethoven, que es también una obra del final de su vida, parte medular de su testamento musical, pieza visionaria del modernismo y una confesión íntima de su vida entera, particularmente el segundo movimiento. La interpretación fue sublime, emotiva, nos cerró la garganta por un llanto contenido y se quedó en nuestra memoria para siempre.
Al día siguiente, el sábado 11 de agosto, el festival cerró con un programa en el que participaron dos cuartetos, el Brentano y La Catrina, de nuestros conocidos del Conservatorio de las Rosas. Primeramente, el Cuarteto Brentano tocó el Cuarteto número 64 de Haydn, característicamente haydiniano, de perfección clásica e igual a todos los demás. Bien lo sacó el Cuarteto Brentano. Se agregaron el violista y el violonchelista de La Catrina para tocar el Sexteto de Brahms, larga obra de romanticismo desgarrado y enorme trabajo contrapuntístico que permitió el lucimiento de la gran calidad de ejecutantes de todos los seis. Impresionante. Hubo un intermedio y se juntaron los dos cuartetos para ofrecernos el Octeto de Mendelssohn, obra literalmente maravillosa, de cuando su autor tenía dieciséis años, que recibió la interpretación que se merece.
Hubo un encore por parte de La Catrina y así terminó el XXIX Festival de Música de Cámara de San Miguel Allende
Crece Cancún en caos
Reforma
Los empresarios prevén que las habitaciones de hotel crezcan de 25 mil a más de 45 mil ante la falta de límites en la construcción
Por Sergio Caballero
Cancún, México (14 de agosto de 2007).-
El crecimiento de este paraíso turístico se da en forma desordenada... y con el aval de las autoridades.
El Alcalde priista Francisco Alor Quezada validó y ha explotado una fórmula para cambiar el uso de suelo que no pone límites a la construcción de edificios en la zona hotelera, ni en densidad de cuartos, ni en el número de niveles.
La medida permite un crecimiento que en menos de una década rebasará la infraestructura en el lugar, advierte un análisis elaborado por la organización empresarial Grupo Quintana Roo.
Esa agrupación está formada por empresarios de todo el estado, y algunos de sus agremiados participaron en el intento de llevar cruceros a Cancún. Otro de ellos es directivo en el parque ecológico Xcaret.
La fórmula empleada es la de uso de suelo Turístico Hotelero Especial (THE), que se estrenó en el interinato del perredista Carlos Canabal Ruiz (2004-2005), pero que ni siquiera existe en el Plan de Desarrollo (PDU) municipal, normatividad que debería contemplarla.
Desde Canabal Ruiz y hasta la actual gestión del priista Alor se han autorizado 19 cambios de uso de suelo en predios que tenían densidades limitadas y que ahora están clasificados como THE, según dio a conocer la regidora, Diana Ancona Medina, presidenta de la Comisión de Planeación y Desarrollo del ayuntamiento de Benito Juárez (Cancún).
El presidente local de Coparmex, Hernán Cordero Galindo, afirma que con Canabal y Alor se autorizaron en total 45 cambios de uso de suelo, de los cuales 19 corresponden a la zona hotelera.
Lamentó que en la administración de Alor, no sólo se aprobaron nuevos cambios de uso de suelo, sino que éste ha validado, al enviar su publicación al periódico Oficial del Estado, los que se aprobaron en el interinato de Canabal.
"Con Canabal se aprobaron 16, con Alor 29; más los que publicó Canabal. Esta administración fue la que por completo arrasó con todo", dijo Cordero Galindo, empresario en el ramo de renta de aviones.
Actualmente, Cancún tiene unos 25 mil cuartos hoteleros y el Plan de Desarrollo, aprobado en marzo de 2005, prevé un crecimiento hasta los 30 mil 990.
Sin embargo, de acuerdo con un estudio del Grupo Quintana Roo, con los usos de suelo THE autorizados, en menos de una década Cancún tendrá más de 45 mil 350 habitaciones.
Pero esa no es la única consecuencia: la mayor parte de los cambios de uso de suelo se han hecho para construir edificios de departamentos o condominios y no para hoteles, con lo que queda sin efecto el principal beneficio de cualquier destino turístico, que es la creación de empleos.
Por su parte, el Alcalde Alor rechazó haber avalado los cambios de uso de suelo a THE. Asegura que sólo envió esos acuerdos del Cabildo anterior para su publicación al Periódico Oficial del Gobierno del estado.
Los empresarios prevén que las habitaciones de hotel crezcan de 25 mil a más de 45 mil ante la falta de límites en la construcción
Por Sergio Caballero
Cancún, México (14 de agosto de 2007).-
El crecimiento de este paraíso turístico se da en forma desordenada... y con el aval de las autoridades.
El Alcalde priista Francisco Alor Quezada validó y ha explotado una fórmula para cambiar el uso de suelo que no pone límites a la construcción de edificios en la zona hotelera, ni en densidad de cuartos, ni en el número de niveles.
La medida permite un crecimiento que en menos de una década rebasará la infraestructura en el lugar, advierte un análisis elaborado por la organización empresarial Grupo Quintana Roo.
Esa agrupación está formada por empresarios de todo el estado, y algunos de sus agremiados participaron en el intento de llevar cruceros a Cancún. Otro de ellos es directivo en el parque ecológico Xcaret.
La fórmula empleada es la de uso de suelo Turístico Hotelero Especial (THE), que se estrenó en el interinato del perredista Carlos Canabal Ruiz (2004-2005), pero que ni siquiera existe en el Plan de Desarrollo (PDU) municipal, normatividad que debería contemplarla.
Desde Canabal Ruiz y hasta la actual gestión del priista Alor se han autorizado 19 cambios de uso de suelo en predios que tenían densidades limitadas y que ahora están clasificados como THE, según dio a conocer la regidora, Diana Ancona Medina, presidenta de la Comisión de Planeación y Desarrollo del ayuntamiento de Benito Juárez (Cancún).
El presidente local de Coparmex, Hernán Cordero Galindo, afirma que con Canabal y Alor se autorizaron en total 45 cambios de uso de suelo, de los cuales 19 corresponden a la zona hotelera.
Lamentó que en la administración de Alor, no sólo se aprobaron nuevos cambios de uso de suelo, sino que éste ha validado, al enviar su publicación al periódico Oficial del Estado, los que se aprobaron en el interinato de Canabal.
"Con Canabal se aprobaron 16, con Alor 29; más los que publicó Canabal. Esta administración fue la que por completo arrasó con todo", dijo Cordero Galindo, empresario en el ramo de renta de aviones.
Actualmente, Cancún tiene unos 25 mil cuartos hoteleros y el Plan de Desarrollo, aprobado en marzo de 2005, prevé un crecimiento hasta los 30 mil 990.
Sin embargo, de acuerdo con un estudio del Grupo Quintana Roo, con los usos de suelo THE autorizados, en menos de una década Cancún tendrá más de 45 mil 350 habitaciones.
Pero esa no es la única consecuencia: la mayor parte de los cambios de uso de suelo se han hecho para construir edificios de departamentos o condominios y no para hoteles, con lo que queda sin efecto el principal beneficio de cualquier destino turístico, que es la creación de empleos.
Por su parte, el Alcalde Alor rechazó haber avalado los cambios de uso de suelo a THE. Asegura que sólo envió esos acuerdos del Cabildo anterior para su publicación al Periódico Oficial del Gobierno del estado.
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