Reforma
Felipe Díaz Garza
7 Mar. 09
Los gobiernícolas están locos. Y cada coletazo de la crisis actual les alborota la bipolaridad en la que sus desquiciadas mentes hacen como que funcionan. El país es un hervidero de pobres y desempleados, cuyo número crece todos los días. ¿Y qué es lo que hace el priista César Duarte, diputado presidente de la Mesa Directiva de la Cámara baja, él mismo resultado de una crisis mortal de recursos políticos? Pues pedirle al Santo Clos legislativo, para su uso y disfrute personal, una camioneta Suburban 2009 nueva, con transmisión automática, eléctrica, con aire acondicionado y para nueve pasajeros.
Duarte le pidió la "Soberbian" a su "apá" desde septiembre pasado. Pero la crisis ya estaba en desarrollo en el pasado mes de la patria, aunque este César sin talento de César no lo supiera. Sólo un gobiernícola lo sabía entonces. Me refiero al único funcionario lúcido que fue capaz de prever la importancia devastadora de la crisis. Sí, Luis Téllez advirtió, a principios de octubre pasado, que la crisis sería monumental: "Sé que como funcionario público muchas veces no se habla de que vamos a tener una crisis del tamaño del mundo, pero la vamos a tener... Ahorita, el crédito está totalmente seco... Tendremos una caída muy fuerte en la actividad económica".
Así nos advirtió Téllez en octubre a todos los mexicanos en una conferencia en la Ibero, cinco meses antes de que a Carstens, apenas esta semana, se le haya pasado el catarro que traía desde octubre pasado y, por las fosas nasales ahora destapadas, le cayera el salado y aguado veinte de la olota del tsunami asesino de países, del mismo tsunami que sacó a Téllez de su oficina de Comunicaciones y lo regresó a ilustrar al presidente Calderón en Los Pinos, donde parece estar porque sabe de problemas financieros de Estado, no porque sepa hablar por teléfono, que eso no sabe hacerlo.
Mas volvamos al César, quien empezó a instrumentar desde septiembre pasado su propio programa de rescate de las empresas automotrices, de los almacenes abarroteros, de los fabricantes de computadoras y de Pemex. Sí, mi querido vecino, junto con la Suburban solicitada en septiembre, el visionario presidente del Congreso ha pedido 15 mil pesos extras en vales de despensa para el periodo octubre 08-agosto 09, ocho computadoras nuevas y 144 mil pesos mensuales, éstos sí asignados en febrero pasado, en vales de gasolina.
Esos vales que Duarte parte y reparte representan el 40 por ciento de los 374 mil pesos que los congresistas en conjunto reciben para los vehículos "utilitarios", como la soñada Suburban de medio millón de pesos, de sus 34 oficinas de dirección de todas las bancadas. El diputado Duarte, rescatador de Pemex, administrará y graciosamente otorgará, pues, un millón 728 mil pesos, nada más de gasolina, durante el periodo arriba referido.
Los excesos de los gobiernícolas en tiempos de crisis, que deberían ser de contención, cautela, ahorro y justeza en el gasto del tesoro público, no son exclusivos del Congreso, no. Los señores procuradores de justicia de todo el país celebran desde el jueves su 21 Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, que arrancó el jueves en el hotel Aqua Cancún. El nada modesto asiento finsemanal de la procuración de justicia nacional cuenta con 371 habitaciones con camas con sábanas de algodón egipcio, televisor de pantalla plana, reproductores de DVD, kits de aromaterapia, acceso a internet de alta velocidad, baños de mármol con servicios de Molton Brown (what ever that means), con ducha y bañera separadas y balcones privados.
La habitación más económica del Aqua Cancún es de 3 mil 969 pesos y la más alta disponible de 7 mil 696, tarifas que son parte del dichoso "concepto" paradisiaco sensorial tan adecuado al necesario "relax" de los procuradores de justicia de este país víctima de injusticia sistemática. Salvo desmentido de sus incomunicadores sociales, por supuesto que los 32 procuradores estarán, cada uno, en las habitaciones caras, agregándole costo extra los que acarrearon familias u otro tipo de acompañantes y todo multiplicado por los tres o cuatro días, cuando menos, que durará el fin de semana turístico con el que los justicieros de cada estado del país combatirán la violencia criminal y la narcodelincuencia que, con la complicidad de la pobreza, están acabando con México. Como si el Aqua Cancún y los jacuzzis privados de mármol fueran un centro israelí de entrenamiento antiterrorista.
Le digo, vecino, que los gobiernícolas están locos. Se creen emperadores que necesitan mármol. Hagamos tumbas, que mármol tenemos.
Correo electrónico: diazgarza@gmail.com
sábado, 7 de marzo de 2009
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