EL DECORO DE LOS POLÍTICOS?
— Como si no fueran abundantes las expresiones de censura y repudio a los políticos, como el voto blanco, aparte el abstencionismo, que las hizo explícitas, ahora nos ofrecen un espectáculo, cuando menos, insolente.
— Candidatos ganadores y perdedores se aprestan a retomar los puestos, en alcaldías y diputaciones, que abandonaron sin respetar sus compromisos, para ir en búsqueda de un puesto más.
— Hay una absoluta falta de recato, y un claro desprecio a la función pública a la que parecen tan apegados. No regresan sino a arrancar unas quincenas más al presupuesto, y quizá a redondear algunos negocios.
— Su falta de ética y de compromiso con los puestos públicos es un agravio a una ciudadanía que padece, tantos los estragos de la crisis como un menoscabo en las funciones de las instituciones públicas. Los electores merecen, mínimamente, una explicación.
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jueves, 9 de julio de 2009
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