El Congreso ofrece ayudar

Exonline
Leticia Robles de la Rosa
El Congreso de la Unión prepara un plan de apoyos e incentivos para hoteleros, restaurantes y líneas aéreas, a fin de evitar el colapso del sector turístico nacional, con exención de impuestos, créditos blandos, congelamiento de pagos, campañas de promoción de todos los sitios atractivos del país, así como un sistema de becas-capacitación para los empleados que dejen de trabajar.

Senadores y diputados federales acordaron que el próximo miércoles someterán estos puntos a consideración del pleno de la Comisión Permanente, para que el Ejecutivo Federal ponga en operación este plan. La decisión de los legisladores federales es independiente a la posibilidad de abrir un periodo extraordinario para procesar los cambios de ley que sean necesario para fortalecer la economía nacional.

Francisco Arroyo, del PRI; Beatriz Zavala, del PAN y Ricardo Monreal, coordinador de los senadores del Partido del Trabajo, fueron los encargados de expresar este acuerdo durante la sesión. “Nosotros hemos hablado de reactivar a la industria turística nacional en cuatro vertientes, que tocan no sólo los destinos de playa, sino también otros como Coahuila, Querétaro, León o la ciudad de Guanajuato, San Miguel de Allende, que son sitios turísticos de patrimonio cultural o de servicios de convenciones y de exposiciones”, explicó Arroyo.

Planteó entonces el adelanto de lo que contendrá el plan a proponer. Primero realizar campañas de promoción turística no sólo a siete estados, como se planteó desde el Consejo Nacional de Promoción Turística, sino a prácticamente todo el país, a fin de sensibilizar al resto del mundo de que México puede recibir turismo extranjero con toda propiedad y sin ningún riesgo, que se tomaron y se mantienen las precauciones debidas y se ha tenido éxito para controlar la epidemia de influenza humana.

El segundo, dijo Arroyo, es la exención de algunos impuestos, al menos en el tiempo en que dure la emergencia. La tercera arista es la posibilidad de ofrecer créditos blandos, de tal suerte que las instalaciones hoteleras que han dejado de funcionar, pisos enteros, puedan ser sujetos de mantenimiento o de remodelación, para que este tiempo se aproveche en algo, o bien el congelamiento de los pagos de quienes ya tienen algún tipo de crédito.