Domingo, 01 de Abril de 2007
El Porvenir
Todos, uno por uno, sin excepción requieren de un espacio para transitar, estar parados, sentarse, platicar o correr en el espacio común.
Caminar es un placer, una necesidad, un derecho en todo espacio público de niños y adultos, hombres y mujeres, blancos o negros, de personas con capacidades íntegras o discapacitados, de embarazadas o no, ricos o pobres, cultos o ignorantes, conocidos o desconocidos, de gente con poderes especiales o sin ellos, bonitos o feos, altos o chaparros, deportistas o no, narcisos, histéricos u obsesivos, de cada persona.
Todos, uno por uno, sin excepción requieren de un espacio para transitar, estar parados, sentarse, platicar o correr en el espacio común.
Es decir, cada persona que comparte un lugar con otra u otras requiere de las condiciones de libertad para desplazarse a pie, con seguridad, dignidad y sin obstrucciones físicas o abstractas.
Sin nada con qué tropezarse, sin nada que limite el deseo de caminar por la calle o un parque.
La ciudad, el campo, las poblaciones pequeñas son para caminar, por supuesto para muchas cosas más, pero esencialmente para eso, es natural caminar, es eso precisamente lo natural, lo demás son recursos, que indudablemente tiene muchísimo más prestigio que lo natural, y entre más caro sea ese recurso, mayor el prestigio de quien lo posee.
El camino a la escuela, a la universidad, al parque, la tienda, el banco, la iglesia, el trabajo y a donde vaya alguna persona acompañada o con su pensamiento nada más, es en muchas ciudades contemporáneas de los países emergentes como México, frecuentemente inseguro, incomodo, humanamente denigrante.
Los municipios de Nuevo León, el de la ciudad capital, Monterrey, las urbes de los ocho metropolitanos restantes, ceden cada día, de hecho, aunque no en lo formal en todos los casos, espacio, seguridad y dignidad para peatón.
Muchos casos, sabemos que en base a lo formal, eliminan las condiciones de suficiencia, proporción magnitud, continuidad y seguridad para el transito de personas a pie.
Ceden el área y la funcionalidad al vehículo y otros usos.
El caso de los fraccionamientos nuevos, ampliación y modificaciones de vía son dos de los lugares urbanos afectados por la perdida de transibilidad y transitablidad peatonal.
Valle Oriente, uno de los desarrollos más notables en San Pedro Garza García, con años de su surgimiento y evolución, es muy atractivo por la característica de usos y construcciones que alberga este sitio, con un pésimo diseño vial que ya provoca congestionamiento en la avenida Lázaro Cárdenas, apenas a una parte de su ocupación que no llega ni a la mitad de su capacidad dibujada en el proyecto aprobado en su momento.
Ahí ocurren accidentes que son del conocimiento público por su gravedad, accidentes suscitados entre vehículos y vehículos y personas.
Esos accidentes son producto de la falta de capacidad para el diseño de una obra de esta envergadura, y de la falta de comprensión del problema al dibujarla.
En este proyecto se olvidó la existencia de la escala humana, que los buenos arquitectos, los arquitectos, urbanistas y paisajistas, entienden muy bien.
Innumerables arquitectos mexicanos, de todo el país, del estado que los quiera, de Jalisco, de Nuevo León, de la capital, de gran renombre lo demuestran con sus proyectos, con sus obras.
La ausencia de la consideración seria, real, suficiente del peatón se nota por todas partes.
La Ley de Asentamientos Humanos y Desarrollo Urbano de Nuevo León, vigente cuando se aprobó el desarrollo en mención, dentro del apartado relativo a la de vialidad señala con claridad una jerarquía, que la tomó del Plan Director de Desarrollo Urbano del Área Metropolitana de Monterrey, 1988-2010, casi recién aprobado entonces, y que también implicaba la zona en cuestión.
En dicho apartado se normaban las vías con sus anchos de carril y banqueta, aunque no hemos sacado la cinta para medir, es evidente que al menos algunas no coinciden con la norma activa legalmente en ese momento de aprobación y construcción del desarrollo.
Los argumentos que seguramente se utilizaron y los acuerdos a los que se llegaron para justificar y formalizar la diferencia, no exime al diseño de la responsabilidad ética del caso.
El hecho es que el peatón quedó fuera del lugar, en teoría, porque como quiera por ahí pasa, solo que con riesgo e incomodidad, Sin la oportunidad del disfrute del acto de caminar y de cubrir sus necesidades de transitar a pie, e incluso en bicicleta de manera digna y segura.
Es patente que, para el dibujo de éste conjunto de fraccionamientos, no se incluyó, por lo menos no de una manera satisfactoria, los aspectos relativos al peatón y a la escala humana.
Este proyecto tiene éxito gracias a su ubicación, al diseño del parque, a las firmas ahí asentadas, y la alta competitividad y talento empresarial de sus desarrolladores, ante lo cual es necesario tener en cuenta las significativas inversiones en el sitio.
Hecho parecido en algún aspecto se parece al proceso que se dio con la Gran Plaza , algo hay en común en las ideas y las decisiones, ambos casos, con ciertas características diferentes, dejaron de lado al ciudadano de a pie, y en ambos casos, éstos utilizan los sitios respectivos, no obstante.
Se tiene una lista innumerable para escoger profesionistas, que sí van a dar en el clavo.
Las escuelas de arquitectura de las universidades locales son de vanguardia, tanto de la UANL , UDEM, como del TEC.
Arquitectos, urbanistas, planificadores, los hay viejos y jóvenes, hombres y mujeres, que hablan español, inglés, alemán, italiano y/o francés u otro idioma, que dibujan y diseñan a mano alzada y/o, con posgrado y/o experiencia, honestos, éticos, productivos, cumplidos y con un gran espíritu de servicio.
Un área cuyo diseño si se basó visiblemente en el peatón y con calidad, conocimiento, experiencia, con acierto, tino y creatividad, y sobretodo la sencillez que lo distingue, es el del parque Rufino Tamayo, dentro de l mismo Valle Oriente.
Aquí, en el diseño del parque, se nota una mano capaz y distinta, que demuestra que cada cabeza es un mundo.
De ahí la diferencia entre nada más dibujar y crear espacios con intenciones objetivas, visibles como en una caja de cristal y no como en el método de la caja negra en el que las ideas surgen de la penumbra.
Intenciones con resultados evidentes y en consecuencia, innovadores, trascendentes y sustentables.
Que gran diferencia entre el ser y el parecer. No cabe duda, muchas veces las apariencias engañan.
Por suerte, el parque existe y compensa con mucho.
Es un tema por ahora inagotable lo de los peatones, especialmente en el área metropolitana de Monterrey como en otras urbes de países emergentes y en éste, precisamente.
En esta metrópoli se puede observar en fraccionamientos nuevos con anchos de predio mínimo o casi mínimo, el uso de banquetas como estacionamiento ya que en el predio cabe justo un carro y la gente tiene dos y el frente de la casa no da más que para la entrada de un carro, sin poder dejar el otro o el de visita normalmente estacionado en la calle.
Este aspecto del problema de los lotes pequeños, no se ha resuelto en ninguna norma y en nada.
En tanto que desarrollos nuevos con respecto al tránsito de peatones, existe un ejemplo a mencionar debido a que se le ha dado solución al transeúnte, porque un asunto es el de paso, otro el de visita y otro el del lugar, su residente o del trabajador del sitio.
Hasta donde hemos logrado visualizar, el desarrollo inmobiliario denominado CÉNTRIKA, y en relación al peatón, es claro con este ejemplo que el concepto de escala humana y el del peatón, son inherentes al proyecto.
Es necesario referir que las vías principales de la ciudad, al igual que en las carreteras y los pasos a desnivel, no existe consideración alguna al peatón, en breve se mencionarán algunos ejemplos, el paso elevado nuevo sobre Félix U Gómez, a la altura de la delegación regional del IMSS y los condominios constitución, a todo lo largo de las avenidas Constitución, Morones Prieto, Colón, Fidel Velásquez, Gonzalitos, Cumbres, revolución, Díaz Ordaz, Garza Sada, y otros más.
También son muestra de omisión del peatón todas las carreteras convergentes en el área metropolitana en los municipios de Santiago, San Nicolás, Escobedo, García, Santa Catarina.
Algo cotidiano, en calles locales, en colonias y barrios de todos, es el uso de banquetas como rampas de acceso a las casas o negocios, ningún municipio resuelve el problema del peatón, en ninguno de los aspectos, tanto en los mencionados como otros que no se han comentado ahora por cuestión de espacio.
Transitar a pie en el espacio público es común a cada persona libre en cada calle de Nuevo León, ya sea de responsabilidad federal, estatal o municipal.
Caminar en la calle, la plaza es inherente a un ser humano parado en la acera de su casa, la de la iglesia, la escuela, el trabajo, el cine, teatro, librería, café, ya sea en New York, París, Bogotá, Barcelona, San Pedro Garza García, Apodaca o Escobedo Nuevo León.
Los derechos del peatón son parte de la vida y la cultura de España, Francia, Alemania, en toda la Unión Europea.
También en Perú, Argentina y otras partes del planeta más. En México, es muy poco lo que se hace al respecto.
En Nuevo León, en San Pedro, Santa Catarina, Escobedo, Monterrey, Santiago y los otros municipios están olvidando que cada ciudadano es un peatón, que hay más ciudadanos que carros, más viandantes que votantes, y no existen normas especificas oficiales que aborden la solución al problema del peatón.
En nuestro medio, es mayor la tendencia a resolver los grandes problemas que los pequeños del ciudadano común, talvez es ésta la causa, en cierta forma, de dichos grandes problemas, la desatención al ciudadano.
Ha sido preferible para algunos políticos vivir en la nube del poder que cumplir con su deber, servir al ciudadano.
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