Xavier Ogaya Ribo
19/05/2007
El Pais
Siempre he creído que el sentido común debía de ser el camino a seguir, creo que la humanidad hace constantes progresos para promulgar leyes en favor de los derechos de las personas, y pienso en la ética como un paso previo a la libertad. Creo que para poder desarrollar el sentido común hay que tener conocimientos e inteligencia, y puestos estos ingredientes mezclados con una dosis de experiencia se debería acertar en las acciones.
Si tenemos en cuenta las predicciones de numerosos científicos (algunos antes contrarios a ellas, ahora convencidos), el cambio climático ya no es una hipótesis, ya no son un conjunto de conjeturas; es una realidad, que se avecina con paso firme y que con mayor o menor lentitud, con más o menos fuerza e intensidad, nos acabará atrapando.
Es deducible (por el sentido común) que si no optamos por cambiar nuestra forma de vida, estamos errando gravemente en nuestro camino hacia lo que en definitiva es nuestra libertad, ya que sin vida no existe ésa.
Es incoherente seguir gastando el petróleo de esta forma, quemando carbón, y creo que las clases dirigentes deben buscar las formas de detener este proceso, el cual está acelerando los riesgos de sufrir la que puede ser mayor catástrofe de la humanidad.
No sé si es aventurado pensar que, así como se hizo con los derechos humanos, habría que hacer una declaración universal sobre la protección del medio ambiente, aunque quizás presupone a modo grosso ir en contra de los intereses globales de la economía de mercado que impera en el primer mundo.
La protección del planeta es antitética con el progreso económico tal y como se está desarrollando en la actualidad. Si seguimos así, podemos estar cerca de un camino sin salida.
domingo, 20 de mayo de 2007
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