Angel B. Gómez Puerto
02:41h. del Domingo, 1ro de abril.
La Republica
Podemos leer en la wikipedia que por medio ambiente se entiende “el entorno o suma total de aquello que nos rodea y que afecta y condiciona especialmente las circunstancias de vida de las personas o la sociedad en su conjunto”. Completa esta enciclopedia libre virtual el concepto de ambiente presentándolo como “el conjunto de valores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y un momento determinado, que influyen en la vida del hombre y en las generaciones venideras”. Por tanto, “no se trata sólo del espacio en el que se desarrolla la vida, sino que abarca también seres vivos, objetos, agua, suelo, aire y las relaciones entre ellos, así como elementos tan intangibles como la cultura”.
Sobre todos estos valores esenciales del medio ambiente, considerados en el ámbito urbano, se ha producido una creciente demanda social y ciudadana para definir y aplicar políticas ambientales claras a nivel local, con el objetivo de poner en práctica estrategias locales integrales de sostenibilidad. Esta nueva apuesta política municipal es perfectamente posible, diversa en contenidos, necesariamente participativa, y además, generadora de nuevas actividades profesionales y empleo.
Los posibles bloques de contenidos de la sostenibilidad local han de ajustarse a la realidad de cada ámbito territorial y con la participación más amplia posible en su elaboración (ciudadanos y colectivos implicados). En mayo de 1994, la Carta de las Ciudades Europeas hacia la Sostenibilidad (Carta de Aalborg, Dinamarca) destacaba especialmente el protagonismo de los ciudadanos y la participación de la comunidad en los programas locales de medio ambiente. Además, para la eficacia de la política medioambiental local son imprescindibles acciones permanentes de educación e información ambiental, con el doble objetivo transversal de hacer más ambiental la actuación municipal en su conjunto y más comprometida a la ciudadanía.
Algunos de los ejes estratégicos de una buena política local de medio ambiente serían la gestión de los residuos urbanos con el objetivo de la consecución del ciclo integral de los residuos urbanos (reducción, reutilización y reciclaje-compostaje), la gestión sostenible del agua, o el fomento del transporte público colectivo, de la movilidad y de la peatonalización, sobre todo en los cascos históricos y antiguos. Otros objetivos y actuaciones locales a realizar serían las relacionadas con la contribución desde lo local a la aplicación de la normativa sobre calidad del aire, diseño de políticas de eficiencia energética, medidas serias contra la contaminación lumínica y acústica, así como políticas de protección y rehabilitación del patrimonio histórico de las ciudades, como elemento integrante también del medio ambiente urbano.
Importante línea estratégica sería la apuesta por un modelo de urbanismo sostenible, que supone una planificación racional y sostenible de los usos del suelo, es decir, la incorporación de la variable ambiental en la planificación del territorio, la aplicación de medidas de apoyo a la rehabilitación de viviendas en los cascos históricos, como alternativa a un crecimiento desmedido de las ciudades, apostando por un modelo de ciudad compacta, evitando la ocupación innecesaria de suelo, o el necesario incremento de los espacios verdes de las ciudades.
Desde el punto de vista del organigrama municipal, es imprescindible la creación de Delegaciones Municipales de Medio Ambiente (que incluyan a las empresas y organismos municipales con competencia medioambiental) bien estructuradas en la organización interna del Ayuntamiento y del presupuesto municipal, con recursos humanos cualificados suficientes para desarrollar toda esa ingente labor. Complementariamente, también sería muy conveniente que desde las áreas de alcaldía o presidencia se impulsaran políticas de coordinación con fines de sostenibilidad de todas las áreas, organismos y empresas municipales.
Nosotros, los ciudadanos, tenemos un reto colectivo, la articulación participada y democrática de municipios responsables ambientalmente, con la fundamental implicación de los colectivos comprometidos en la defensa y respeto del medio ambiente. Los intereses privados y empresariales no pueden marcar las estrategias de desarrollo sostenible de un municipio, entre otras razones, por que sería profundamente antidemocrático. Ya es hora de que el ideario ecologista entre en los Ayuntamientos.
(*) Ángel B. Gómez Puerto es Doctorado en Derecho Público por la Universidad de Córdoba.
domingo, 1 de abril de 2007
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