jueves, 1 de octubre de 2009

Desde los Emiratos Árabes

Siendo las 4 pm hora de Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos (8 am hora de México), este 30 de septiembre de 2009 han sido inscritas de manera oficial en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad las dos candidaturas presentadas por Mexico: los Lugares de memoria y tradiciones vivas de los pueblos otomí chihimecas de Tolimán. La Peña de Bernal, guardián de un territorio sagrado, elemento ubicado en el Estado de Querétaro y la Ceremonia ritual de Voladores, elemento ubicado en la región del Totonacapan, Veracruz.

La decisión fue adoptada en la cuarta reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, que se llevará a cabo hasta el próximo 2 de octubre.

El Universal, miércoles 30 de septiembre de 2009

Satisface a INAH ingreso de tradiciones mexicanas en lista UNESCO
Agencia/ELUNIVERSAL
Ciudad de México
Considera que de esa forma podrá protegerse en mayor medida el patrimonio inmaterial de México

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) expresó su satisfacción porque la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró las capillas familiares y tradiciones vivas de los pueblos otomí chichimecas de Tolimán, en Querétaro, y la ceremonia ritual de los Voladores, de Papantla, Veracruz, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

"Se trata de las dos primeras inscripciones que México logra en este rubro", indicaron directivos del INAH, organismo encargado de las gestiones ante la UNESCO. Con estas declaratorias, agregaron, la UNESCO ofrece asistencia técnica con el fin de que los países puedan hacerse de recursos por parte de fundaciones y organismos, que les permitan desarrollar programas y proyectos para la conservación de este patrimonio.

"El INAH no sólo es gestor de la riqueza cultural, contribuye con la sociedad para que el universo simbólico de la nación descanse en diversos contextos multiculturales. Como especialistas es necesario abordar este reto para brindar a las generaciones futuras la confianza de contar con el legado común", dijo Alonso de María y Campos, director general de ese Instituto.

Francisco Vidargas, subdirector de Patrimonio Mundial del INAH, señaló que esta es la primera vez que México logra la inscripción de elementos culturales en la categoría de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Sobre los lugares de memoria y tradiciones vivas de los pueblos otomí chichimecas de Tolimán, en la Peña de Bernal, explicó que se trata de un territorio simbólico de estas comunidades, cuya mayor característica radica en sus capillas familiares, espacios que para este grupo indígena representan el lugar donde residen sus ancestros.

Este reconocimiento, dijo, acredita la riqueza cultural y los esfuerzos que han venido desarrollando las comunidades otomí chichimecas para la salvaguardia de sus tradiciones, entre ellas sus peregrinaciones anuales, sus más de 200 capillas familiares que datan del siglo XVIII, y su territorio sagrado. El pueblo otomí chichimeca o hñañhu -uno de los grupos más antiguos y numerosos de Mesoamérica- está asentado en la zona semidesértica de Querétaro, en la región de Tolimán, de la Peña de Bernal.

En cuanto a la inscripción de la Ceremonia Ritual de Voladores, de Papantla, Veracruz, el subdirector de Patrimonio Mundial del INAH explicó que se trata de un ritual que data de la época prehispánica, asociado a la fertilidad, que practican grupos étnicos de México y Centroamérica, en particular los totonacos de Veracruz y que son mundialmente reconocidos.

Se tiene evidencia de que existe esta danza desde el año 600 a.C., y son ceremonias que expresan principios y valores fundamentales de la cosmovisión indígena, precisó. De acuerdo con las investigaciones históricas, hay diversos grupos étnicos que realizan la danza del volador, aunque con variaciones (totonacas, nahuas, otomíes y mayas quichés, entre otros).

En la región del Totonacapan se observa el ritual con mayor arraigo en el municipio de Papantla, Veracruz, reforzado por su cercanía con El Tajín, donde hay evidencias de palos de voladores, desde los años treinta. El vuelo es la parte final de la ceremonia, que se inicia desde la vestimenta (muchas veces elaborada por los mismos voladores), y una preparación espiritual previa, que requiere de alguien que se juega la vida. El proceso incluye la búsqueda del palo sagrado, el corte, el arrastre, el levantamiento, la danza previa, la petición de perdón al bosque y el montaje de un altar.

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