lunes, 20 de julio de 2009

Peor que Estados Unidos

Alberto Barranco
Empresa

03 de julio de 2009

¿Se acuerda usted de la feroz andanada lanzada por el gobierno contra el magnate Carlos Slim, cuando se atrevió a diagnosticar que la crisis en México sería tan o más demoledora que la Gran Depresión de 1929?

Bien, pues el vaticinio del supuesto agorero del infortunio, profeta del desastre, o si lo prefiere predicador de pesadillas, se está cumpliendo letra por letra.

De entrada, el Grupo Huatusco, al que concurre un grupo plural de economistas, entre funcionarios y ex funcionarios públicos, políticos, investigadores, docentes, empresarios…, le dio la razón en su último cónclave celebrado a la mitad del mes anterior.

Los estragos de la tragedia económica nacional son similares a los del fenómeno recesivo que se prolongó hacia los albores de la década de los 30, cuando el Producto Interno Bruto real en México, es decir descartada la inflación, cayó 4.7 en promedio anual.

De hecho, las consecuencias en materia de desempleo son similares.

La paradoja del caso, frente a quienes señalaban que Slim había aludido en realidad a lo que pasaría en Estados Unidos, el epicentro del estallido global, es que en ese país el efecto será menos traumático.

De entrada, si entonces la tasa de desempleo abierto en EU alcanzó 25%, hoy se ubica alrededor de 10%, con escasas posibilidades de llegar a 12%.

Más aún, a diferencia de México, la crisis de allende el Bravo ya tocó fondo.

Más dramático aún: la caída de la economía de nuestro país se ubica no sólo como la mayor de América Latina, sino como una de las más drásticas en el entorno global, cuyo saldo en materia de empleo a partir de octubre del año pasado habla de la pérdida de 690 mil plazas, equivalentes al 17.5 de las creadas entre 1991 y el 2008.

El desastre, pues, obliga a revisar con lupa qué hizo el país en aquel episodio.

El recuento habla de que en 1931, además del diseño de políticas fiscales expansivas y una depreciación cambiaria, se institucionalizó la presencia del Banco de México, vivo desde seis años antes, y de la banca de desarrollo, además de expedirse leyes financieras que abrieron el escenario al crecimiento y la creación de empleos.

Más allá, surgieron grandes reformas estructurales que sirvieron de base a la expansión ininterrumpida de los siguientes años.

Las recetas, pues, están en los libros de historia económica.

Ahora que, bajo la actual realidad, los participantes del Grupo Huatusco, al que convocara el recién desaparecido Javier Beristáin Iturbide, quien, por lo delicado de su salud, no acudiría al último encuentro, hablaron de fortalecer los órganos antimonopolios, mejorar la educación, plantear una reforma judicial y una revisión profunda de la política industrial.

El replanteamiento alcanzaría también a los sectores estratégicos como el transporte, las telecomunicaciones, los servicios financieros y el sector energético, en afán de elevar la eficiencia en la producción de bienes no comercializables.

El consenso, en la sorpresa, señala que no necesariamente el nivel de apertura comercial ni la dependencia de manufacturas y commodities es la responsable de la vulnerabilidad de nuestra economía.

Entre los factores reales están la mala distribución del ingreso; la escasa productividad del país; la falta de autonomía de los reguladores responsables del interés público; la deficiente rendición de cuentas del aparato público; la falta de estímulos para inversiones en tecnología…

Ahora que en materia política las condiciones prevalecientes permiten que los partidos políticos desarrollen sus propuestas y ofertas políticas sin incentivar el riesgo, y con visión de corto plazo, sin opción de abrir espacios a la sociedad organizada.

Desde otro plano, en materia de seguridad se enfatizó el que algunos grupos criminales cuenten con una capacidad operativa y de inteligencia superior a la de los gobiernos; la estrategia para el combate contra el crimen organizado del gobierno no ha sido eficiente; se está poniendo en peligro la credibilidad y el respeto institucional hacia las Fuerzas Armadas…

Digamos que habría que partir de cero para replantear la estrategia.

Por lo pronto, urge analizar a fondo la capacidad de endeudamiento del gobierno y la medición de la efectividad de las políticas de gasto, para contrarrestar los efectos de una crisis cuya salida no se avizora en el corto plazo.

Así como lo lee usted.

Balance general

La noticia, en plena temporada de astringencia de inversiones, es que la empresa constructora Ideal del magnate Carlos Slim Helú realizará una apuesta de mil 800 millones de pesos para construir un desarrollo comercial en torno al paradero El Rosario.

El contrato se firmará esta mañana.

Lo interesante del asunto es que la participación de la firma será en sociedad con el gobierno capitalino, que aportará el terreno. Habrá, pues, un porcentaje de ganancia para éste.

El conjunto, a la usanza de los centros de transferencia de Estados Unidos, tendrá tiendas departamentales, restaurantes, cafeterías y unidades de servicio.

Caballo de Hacienda… cojo

Aunque hasta hoy cabalga solito por la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial, al presidente de la Coparmex, Ricardo González Sada, ya le salió un obstáculo: el silencio que ha mantenido respecto a las conclusiones de la asamblea anual de la Organización Internacional del Trabajo, a la que asistió como cabeza de la delegación empresarial.

La información es vital en el escenario de desempleo incontenible en el país… y el resto del planeta.

El organismo planteó una serie de recomendaciones cuya evaluación pues, está en el limbo.

¿Y San Juanico?

Curioso, por endilgarle un calificativo, que cerrada la etapa de las campañas políticas, ninguno de los aspirantes a cargos de elección popular de la zona aledaña a San Juan Ixhuatepec hablara de reubicar las gaseras instaladas en el lugar, pese al clamor de los vecinos.

De acuerdo con una encuesta realizada por la empresa Parametría, “si fuera el gobierno federal o el municipal el que hiciera suya la bandera de sacar a las gaseras de la zona urbana, sus bonos electorales aumentarían”.

Como usted sabe, a raíz de la trágica explosión del 19 de noviembre de 1984 que provocó centenares de muertos, se expidió un Decreto Presidencial que exigió la salida de las gaseras, que hasta hoy se mantiene como letra muerta.

A quién le importa, si hubo una segunda explosión el 11 de noviembre de 1996.

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