Dr. Eduardo Kaviedes Ferrín
Nuestros pelucones siguen siendo una clase llena de prejuicios, incapaces de superar la ridícula posición amarrada a un atavismo social, siguen moviéndose en sus propios círculos de apellidos, atrapados en sus propias adulaciones, en la fatuidad de su poder económico, en las apariencias de su supuesta erudición y cultura, tanto como en la vana superioridad que creen les rodea, su alcurnia hipócrita les impide reconocer el camino que muestra la brújula social. Se arriman a nuestros pelucones los mini aristócratas que desde que descubrieron el papel higiénico decidieron llevar una vida mentirosa con sus ‘AUTOGOLES’, a ellos Rubén Blades les cantó: "CON LA PEINILLA EN LA MANO Y CARA DE YO NO FUI", con sus comportamientos que bien habrían servido de base para el guión de una película de Buñuel, ellos no aceptan ser parte del reducido ejército de la clase media disimulando sus apetitos económicos. Les repito las frases de Horacio Hidrovo: "si falla la clase media, la única beneficiada es la clase dominante, y la única perjudicada es la clase deprimida".
Espero que hayan escuchado las intervenciones de unos selectos personajes que hablaban sobre la "responsabilidad social empresarial".
Se ufanaban de cómo enfrentar los riesgos, los compromisos ‘éticos’ internos, los controles de calidad y sobre los impactos para el medio ambiente, la competitividad responsable, etc. etc. etc. Ni una sílaba sobre los trabajadores, a no ser para reclamar la necesidad de su ‘identidad’ con la empresa; para repetir luego con bombos y platillos el nombre de Noboa con su chequera divina. Nada sobre promover el bienestar laboral, respetar e incluso aumentar derechos, fortalecer la seguridad social. ¿De qué ‘responsabilidad social empresarial’ hablan? ¿Será que no quieren un verdadero cambio?
El cambio es la participación en el análisis de la realidad y de sus problemas, participación en el establecimiento de las prioridades, participación en las propuestas de solución. Las elecciones se acercan, debemos entonces participar y castigar a esos rudimentos políticos que siguen defendiendo la línea ideológica neoliberal y quieren hacernos creer que el sistema neoliberal es la única solución a pesar de la demostración mundial actual de su más rotundo fracaso.
La participación ciudadana es más necesaria que nunca, la participación de ciudadanos que deciden vivir de pie, con los ojos abiertos y asumiendo las consecuencias de una vida participativa.
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