Correo
Viernes, 19 de Diciembre de 2008
Otras voces
Maruja González
En el 2010 se cumplirán doscientos años del inicio de la insurrección de 1810. Guanajuato y el Bajío fue el teatro más importante de los primeros años de la guerra civil con la cual se obtuvo la independencia de la Nueva España.
Hoy sabemos que de todos los primeros caudillos fue Ignacio Allende, y no Miguel Hidalgo, "el primer movedor de la revolución", como concluyó el fiscal que interrogó a los caudillos insurgentes presos en Chihuahua. Lo sucedido en Querétaro y en Dolores en 1810 fue derivación de lo planeado en la Villa de San Miguel el Grande por Ignacio de Allende y sus compañeros conspiradores.
Para conmemorar el bicentenario del inicio del movimiento de 1810, la doctora Guadalupe Jiménez Codinach, una de las mejores especialistas sobre la guerra de independencia novohispana en nuestro país y en el mundo, propuso, en una época tan remota como 1993, al Instituto Nacional de Antropología e Historia convertir la casa de Allende situada en San Miguel de Allende, Guanajuato, en un museo de sitio. Esto es, transformar la casa donde nació Ignacio de Allende en una casa habitación del siglo XVIII a fin de recrear la vida cotidiana de la familia Allende mediante la ambientación de los usos que tuvieron los distintos espacios de ese inmueble: el oratorio, la sala de asistencia, la sala de estrado, las recámaras, la cocina, los patios, la caballeriza con su pesebre, "el común", etcétera. Además, la casa de Allende en su papel de museo de sitio serviría para contar la historia de la Villa de San Miguel el Grande, una de las poblaciones más prósperas en términos económicos y culturales de la Nueva España.
Este proyecto fue aceptado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia como parte de los preparativos con los cuales se conmemorará el bicentenario de 1810.
El museo Casa de Allende ha sido apoyado desde hace muchos años por la asociación Amigos del Museo de San Miguel de Allende, A.C., que actualmente presido. Los Amigos del Museo conocimos desde sus orígenes el proyecto de la doctora Jiménez Codinach, miembro de nuestra asociación, el cual abrazamos con entusiasmo como lo hicieron también muchos sanmiguelenses que la conocen. Por esas razones aplaudimos la decisión del INAH de hacerlo realidad.
La doctora Jiménez Codinach es una historiadora muy destacada. Años de investigación en archivos de diferentes países y la obtención de su doctorado en la Universidad de Londres, Gran Bretaña, bajo la Dirección del reconocido historiador de las guerras de independencia iberoamericanas, profesor John Lynch, explican su notable solidez profesional. Sus trabajos sobre la guerra de independencia novohispana son citados tanto en México como en el extranjero. Uno de los logros de dicha historiadora ha sido el demostrar el importante papel que Ignacio de Allende tuvo en el movimiento de 1810, antes desconocido.
La doctora Jiménez aúna a sus conocimientos históricos una preparación complementaria en otras disciplinas (diseño, historia del arte, historia del mueble, historia de la arquitectura novohispana) como quedó demostrado con las exposiciones históricas "México: su tiempo de nacer, 1750-1821" y "México: los proyectos de una nación, 1821-1888" realizadas por ella en el Palacio de Iturbide para Fomento Cultural Banamex, A.C., y con su destacada participación en la renovación de las salas del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, y la curaduría de varias exposiciones históricas organizadas por ella en el mismo museo.
Dados estos antecedentes de la doctora Jiménez Codinach y del conocimiento que tenemos de su trabajo y de su persona, los Amigos del Museo de San Miguel de Allende, A.C., nos alegramos al enterarnos de que la transformación de la Casa de Allende en museo de sitio propuesta por ella había sido aceptada por el INAH. En mejores manos, nos dijimos, no podía estar la casa del héroe cuya reevaluación histórica había logrado nuestra excepcional historiadora.
Nuestra alegría se convirtió en tristeza al enterarnos de que el INAH decidió prescindir de los servicios profesionales de la doctora Jiménez Codinach a partir del pasado primero de diciembre. Esto significa necesariamente que el proyecto de transformación de la Casa de Allende del cual ella es autora –y nosotros creíamos ejecutora- será llevado a cabo por otras personas cuya identidad y capacidad profesional desconocemos. Ante esta situación nosotros nos preguntamos: ¿Quién en el INAH cuenta con la misma preparación –o superior-, trayectoria profesional y experiencia que la doctora Guadalupe Jiménez Codinach en las materias comprendidas en el multicitado proyecto para que dicho Instituto haya decidido renunciar a los servicios de quien mejor conoce la Casa de Allende, la vida de este héroe y de la villa de San Miguel el Grande y que por lo mismo era la persona más indicada para hacer realidad ese valioso proyecto?
Con frecuencia en nuestro país a las personas más valiosas se les hace a un lado. Los Amigos del Museo de San Miguel de Allende, A.C., esperamos que las autoridades del INAH reconsideren su lamentable decisión.
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