“VA POR SAN MIGUEL DE ALLENDE, A. C.”
A un año de la fundación de nuestra asociación, concurren en nosotros una mezcla de sentimientos de satisfacción, frustración y esperanza que no siempre han sido fáciles de congeniar. Muchos hemos querido “tirar la toalla” para luego hacer de esa desesperanza la fortaleza que nos ha impulsado a seguir.
Somos un grupo de ciudadanos comunes que lo único que nos ha distinguido es lo que pudiéramos llamar la audacia de intentar cambiar la rutina de quejarnos por la indiferencia y el mal hacer de nuestras autoridades, substituyéndola por la oportunidad de que todos los sanmiguelenses seamos partícipes en las decisiones del Ayuntamiento; de ser escuchados y recibir respuesta.
Hemos sido o querido ser confundidos como “golpeadores” a las políticas y a las personas de las autoridades o bien, como gentes aferradas en mantener a San Miguel de Allende en el atraso, protestando contra el progreso y el desarrollo.
Con el tiempo y con nuestras acciones hemos demostrado todo lo contrario. Nuestro objetivo como asociación es la protección del patrimonio natural y cultural; nuestro instrumento es la ley y nuestro ideal es un estado de derecho en el que autoridades y sociedad civil, juntos y organizadamente, en apego a la ley, decidamos la planeación y destino de nuestro municipio.
No necesitamos, ni como asociación ni como individuos, tener una definición propia de lo que queremos para nuestra comunidad, ésta está ya dada por la ley misma, sus principios, su espíritu y su texto. Nuestra bandera es el cumplimiento de la ley en todo aquello que permite la participación ciudadana en las decisiones trascendentales que a todos nos afectan. Este es nuestro empeño medular; abrir un canal comunicante, entre autoridades y sociedad civil, que provea la oportunidad para todos, de participar organizadamente en la protección de nuestro patrimonio.
Ha sido así que nos iniciamos como asociación; en el mes de noviembre del año próximo pasado, pedimos formalmente al Presidente Municipal poner en efecto todas las leyes que tienen que ver con el desarrollo urbano, ambiental y cultural, haciendo efectivos los derechos que todos tenemos a ser escuchados y de merecer una respuesta fundada a nuestras observaciones, propuestas y protestas, que tienen que ver con decisiones tales como los planes y programas municipales de desarrollo y ordenamiento urbano, ecológico y cultural.
Pedimos que se aplicara la “Ley sobre Protección y Conservación de la ciudad de San Miguel de Allende, declarándola al efecto Población Típica”, que define a nuestra ciudad como un todo con identidad propia, única, y que obliga a conservar su uniformidad natural y urbana, protegiéndola de su fragmentación y pérdida de identidad.
Pedimos que se aplicaran también las leyes que obligan al Ayuntamiento a promover y garantizar la participación organizada de la sociedad civil en la elaboración, evaluación y modificación de los Planes de Ordenamiento Territorial, Programas de Desarrollo Urbano, Planes y Programas de Ordenamiento Ecológico; formación de los Consejos de Desarrollo Urbano y los Consultivos Ambientales.
Propusimos la creación de una Gaceta Municipal que nos permita a todos estar al tanto de proyectos, planes, cambios de uso de suelo, permisos, etc.
Solicitamos se elaborara el Plan Municipal y Programa de Protección, Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural.
Finalmente, pero como punto crucial, preguntamos qué hacen y qué harán el Ayuntamiento y el C. Presidente Municipal respecto al gravísimo problema de falta de agua en el Municipio.
Tuvimos que recurrir a los tribunales federales para que el C. Presidente nos diera la respuesta que por mandato constitucional tiene obligación de darnos. El juez lo obligó a que produjera su respuesta dentro de veinticuatro horas y así lo hizo, aunque a nuestro parecer fue incompleta y en algunos puntos esquiva.
Pudimos haber exigido una contestación plena, pero dejamos de insistir ante el juez porque atendimos cortésmente y con seria esperanza, a la invitación que nos hiciera el Presidente por conducto del Secretario del Ayuntamiento, a tratar directamente con él y los integrante de la administración municipal, de una manera cordial y amigable, pero seria, los diferentes temas de nuestro interés. Todo esto en el entendido de que ambas partes queríamos lo mismo: el beneficio de San Miguel de Allende.
Asistimos con buena voluntad a la primera de las reuniones para tratar precisamente el seguimiento a las respuestas dadas por Presidencia a nuestro pliego petitorio, y ahí acordamos lo siguiente:
1.- Que el C. Presidente había mandado al Congreso del Estado la Ley Sobre Protección y Conservación de la ciudad de San Miguel de Allende para su estudio y en su caso, su abrogación; que consecuentemente con esto, nos sería expedida una copia de la documentación con la que fue remitida la ley.
2.- Que se nos entregaría una copia del estudio técnico jurídico que el Departamento Legal estaba elaborando al respecto de esta Ley, dado que la Presidencia consideraba que la ley debería ser abrogada por haber sido, a su entender, rebasada por otras leyes federales.
3.-Que la Administración Municipal tomará las medidas que garanticen la efectiva participación de la sociedad en la elaboración, revisión y modificación a los Planes de Ordenamiento Territorial y los Programas de Desarrollo Urbano, y que se tomarán en cuenta las propuestas nuestras para que las consultas ciudadanas se hagan organizadamente.
4.- Que se nos daría respuesta fundada de por qué la Presidencia, contrario a nosotros, considera que el Ayuntamiento no está obligado a promover la participación social en las autorizaciones de cambios de uso de suelo.
5.-Que se nos proporcionará copia de los Planes Municipales que tienen que ver con el Ordenamiento Territorial.
6.- Que se nos dará información sobre el estado en que se encuentran la elaboración de los once Planes Parciales de Ordenamiento Territorial.
7.- Que se hará la revisión al Plan de Ordenamiento Territorial actual, asegurando la efectiva participación de la sociedad en esta revisión.
8.-Que se nos dará toda la información sobre la creación del Instituto de Planeación Municipal.
9.- Que en la siguiente reunión continuaríamos con los temas pendientes del pliego petitorio: la participación social en los programas de desarrollo urbano y en los planes y programas de ordenamiento ecológico y cultural; la creación de la Gaceta Municipal y el tema de la carencia de agua.
A la fecha y a pesar de nuestra insistencia, intentando una respuesta, (indicar el tiempo) hemos recibido nada. Tampoco hemos recibido algo de lo prometido en las respuestas que desde el día 18 de marzo y 12 de mayo dio la Presidencia Municipal al referido pliego petitorio del 23 de noviembre del año 2007.
El trato que las autoridades han tenido para con nosotros es lo de menos y hasta cierto punto irrelevante, lo que nos preocupa es que se tapen los oídos y continúen en la tendencia de concebir el desarrollo dependiendo de un solo factor: la inversión de capitales en los desarrollos urbanos, turísticos, industriales, etcétera, justificándolo solamente en el hecho de que producen empleos o beneficio comercial y subordinando el desarrollo ambiental y cultural al desarrollo urbano. La ley por su parte, concibe a los tres factores, natural, cultural y urbano, como partes coexistentes de un todo en el que el desarrollo ambiental es su base natural.
Nosotros pugnamos porque en todo acto de autoridad se tomen en cuenta los valores primordiales de la ley, empezando por el de proteger, preservar y enriquecer la calidad de vida de la mayoría. Esta, la calidad de vida de la comunidad, sí es la premisa vital, la causa fundamental, motivo y fuente de toda ley que tenga que ver con la comunidad como tal. Es entendida como la relación armoniosa entre los humanos y de éstos con su entorno; está conformada por todos los factores, naturales y culturales, que interactúan en la vida comunitaria. De tal manera que cualquier intento de desarrollo, para que sea sustentable, debe considerar en igualdad de importancia todos los factores.
Y dónde empieza la calidad de vida si no en el cuidado de los elementos básicos de toda subsistencia humana: el agua, la tierra, el aire y la luz, entendidos en el cuidado del medio ambiente que pueda proveer la subsistencia de una vida comunitaria humanamente plena.
Queremos un municipio, que obediente a la ley, cuente con un plan de ordenamiento ecológico, y que éste sirva de base y orientación a los diferentes planes y programas de desarrollo urbano, turístico o industrial. Insistimos en invertir la realidad desastrosa que deja en un segundo plano, cerca del olvido, a todo lo referente al medio ambiente y la ecología, condicionándolo al desarrollo urbano.
Queremos que por primera vez se constituyan los Consejos Municipales Ambientales y que funciones de verdad como cuerpos consultivos imparciales y como voceros de los ciudadanos.
Se nos ha dicho, ya desde hace mucho tiempo, que ambas cosas se harán y que además, como nosotros lo hemos propuesto, se harán de manera que la sociedad civil participe organizadamente tanto en la elaboración de estos Planes como en la formación de los Consejos.
Si esta participación de la sociedad en la elaboración, revisión y modificación de los planes y programas de desarrollo ecológico y urbano, llega a ser realmente efectiva, de manera que todos seamos informados anticipadamente de los proyectos de estos Planes y tengamos la oportunidad de opinar y de recibir una respuesta fundada a nuestras observaciones o propuestas, estaríamos haciendo historia.
Mientras, vemos con enojo como se autorizan desarrollos habitacionales de más de trescientas casas con alberca propia cada una, dentro de zonas arqueológicas, emblemáticamente en la región denominada “San Miguel Viejo”. Así también, asesinando a miles de encinos, se autorizan hoteles y villas en la única zona de recarga de agua para el municipio, como es el caso del Volcán de Palo Alto o Los Picachos. Escuchamos de la existencia de planes de destrucción de ecosistemas para el establecimiento de mas campos de golf en las laderas de este volcán, o bien, observamos a nuestras autoridades y a agentes de bienes raíces tratando de convencer a los ejidatarios de Juan Xidó- Cabras de acepar la venta de sus tierras comunales, (luego que unánimemente habían rechazado la propuesta de vender), para la construcción de dos hoteles y un campo de golf.
Este último caso es perfecto ejemplo del desprecio a la calidad de vida a cambio de la urbanización de una zona altísimo valor ambiental:
200 hectáreas de uso común de este ejido se pretenden destinar, junto con otras 1,000 hectáreas de bosque, para la construcción de dos hoteles cinco estrellas y un campo de golf. La vida comunitaria ya desde ahora está deteriorada por la pugna entre quienes quieren vender y los que no; los que quieren conservar para sí y para sus hijos el espacio natural de la comunidad, su fauna y su flora única, sus manantiales y su arroyo puros, su tan querido chorro del agua, sus pinturas rupestres, su espléndido panorama monumental; defienden su libertad de tenerlo y de gozarlo, de usarlo, manteniéndolo para provecho económico y beneficio de todos. Con todo esto, lo que defienden es la calidad de vida en su comunidad.
Por el otro lado están quienes quieren acabar con el eco-sistema, ahuyentar flora y fauna, contaminar el agua, abrir pozos, secar los manantiales, prohibir el paso, y evitar para siempre el aprovechamiento social, cultural y económico de sus tierras de uso común. En una palabra, están los que quieren conservar y enriquecer su calidad de vida y los que por veinte pesos el metro cuadrado, están dispuestos a venderla.
Va por San Miguel, apoyando a quienes quieren preservar esta zona y respaldados por un número sorprendente de personas, recurrimos al Gobernador pidiéndole formalmente que declare a esta zona como Área Natural Protegida, como primer paso a una Declaratoria igual para toda la zona del Volcán de Palo Alto o Los Picachos, el volcán de Támbula, los cerros de La Margara y El Macho. Diligentemente, el Ejecutivo Estatal ha instruido a las Dependencias legalmente involucradas a efectuar la evaluación que a cada una de éstas les corresponde.
Sería prolijo enlistar los daños causados al medio ambiente y la tolerancia de los que se están causando; desde la tala de árboles hasta la contaminación en todos sus aspectos, naturales, urbanos, culturales. Se conceden permisos para desarrollos habitacionales sin limitaciones suficientes para preservar elementos tan esenciales como el agua.
Según los estudios mas serios, los mantos acuíferos que surten a San Miguel de Allende y ciudades circunvecinas tienen agua solamente para los próximos doce años y de éstos, solamente se podrá beber el agua de los siguientes cinco años porque el resto estará demasiado mineralizada, como ya se está viviendo en varias comunidades del municipio.
Se nos dijo desde el mes de mayo que se nos proporcionará la lista detallada de las acciones acordadas entre el Ayuntamiento y SPAPASMA a este respecto. (Aparte de que esa lista se referiría sólo a la distribución del agua y no su escases, no la hemos recibido).
Las acciones legales que nuestra asociación puede intentar para hacerse escuchar por las autoridades no son más que las que cada ciudadano tiene. Hemos ejercido el derecho de petición; la denuncia o la demanda cuando proceden y hasta donde nos es posible; siempre insatisfechos por no hacer todo lo deseado.
En nuestro trato con las autoridades hemos querido ser compañeros de un objetivo común, respetuosos de las mutuas diferencias. Hemos querido entender la autoridad, no en el sentido político del que detecta un poder que se impone sobre los gobernados, sino en el sentido legal del obligado a actuar conforme a la voluntad de las mayorías.
Esto impone la necesidad de que la autoridad cumpla con su obligación de promover la participación de todos sectores sociales, instrumentando junto con éstos un canal organizado de comunicación entre la autoridad y la sociedad, uno que aun no existe y que en gran parte es nuestro propósito final: una estructura organizativa que fije las bases y dé forma clara a la participación ciudadana y detecte cual es su voluntad.
En el uso de nuestros derechos no podemos ir mas allá de la petición y la denuncia; de pedir que se cumpla la ley y de exigir una respuesta, y en su caso, de denunciar la falta, pero ni como ciudadanos ni como asociación tenemos el poder legal para demandar la nulidad de los actos de autoridad que violen la ley, a menos que éstos nos afecten personal y directamente. Por esto no es de esperarse que una organización como la nuestra evite la instalación de comercios, la construcción de fraccionamientos o edificios, o bien, cualquier acto de autoridad que afecte la tipicidad de nuestra ciudad, al medio ambiente o a la calidad de vida del municipio.
Nuestra voz ciudadana es el instrumento principal y la hemos querido hacer valer. En este sentido nos hemos de congratular todos los que con nosotros han apoyado nuestro llamado a las autoridades. Estamos apenas empezando y el éxito de un inicio sólo puede medirse en función de la semilla plantada y el campo donde ésta sea plantada. El campo actual no puede ser mas fértil: un mundo urgido de la cooperación organizada de todos, en las soluciones para la sobrevivencia de la humanidad. En este campo, el crecimiento de la semilla está asegurado. Nuestro llamado es apenas un intento de anticipación a lo inevitable: un mundo corresponsable, en el que sociedad y gobierno lleguen a ser una y la misma cosa. No hay alternativa, si queremos sobrevivir como especie tenemos que superar la pugna y el sentido de oposición entre uno y otro, y los hechos del mundo nos están obligando a superar la división, a darnos cuenta de que somos una unidad; que el bien de uno es el bien del otro.
Sociedad y gobierno estamos despertando a la verdad de que los ideales están dejando de ser solo palabras en las leyes y en los códigos de moral, para pasar a ser la única guía de conducta comunitaria; quienes sigan resistiéndose a esta verdad, creyendo que el mundo seguirá siendo igual, estarán soñando.
Nuestro modesto hacer como asociación es sólo un reflejo de esta verdad colectiva; ha causado ya de por sí un efecto que quizás apenas podrá ser visto, pero es una voz que resuena acompañada de muchas voces que quieren ser escuchadas. Nada pedimos para nosotros, todo para San Miguel.
“ VA POR SAN MIGUEL DE ALLENDE, ASOCIACIÓN CIVIL”
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