Arroyos: El monstruo dormido
Por: Jesús Peña
02-Junio-2008 (12:10 p.m.)
Así lo advierten expertos en hidráulica, autoridades de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, Protección Civil Municipal, académicos y miembros del Consejo Ciudadano de Ecología y Medio Ambiente AC.
Explican que las invasiones a los cauces federales, el relleno con escombro, la contaminación con basura o maleza y los asentamientos humanos en los márgenes y lechos de los arroyos, representan hoy por hoy un grave riesgo ante la inminente llegada de tormentas atípicas, provocadas por el llamado fenómeno del calentamiento global.
En un recorrido realizado en 2007 por la Comisión Nacional del Agua, Protección Civil, estatal y municipal, Ecología, Salubridad y la Secretaría de la Defensa Nacional, se detectaron sobre la mancha urbana de Saltillo cerca de 55 puntos susceptibles de sufrir inundaciones, desplomes de viviendas e incluso pérdida humanas.
Este año las condiciones no son del todo distintas y de seguir así los primeros damnificados, augura un reporte emitido por la Conagua, serían las más de siete mil familias, de 66 colonias, que habitan las cerca de mil 400 viviendas construidas sobre los márgenes o el fondo de los 6 arroyos que atraviesan la ciudad.
“Yo lo catalogaría, sin llegar a magnificar la situación, ¡pero sí mis respetos!, como un monstruo dormido, en el sentido de que en cualquier momento nos va a dar una desconocida”, alerta Alberto de la Rosa Vizcaíno, jefe de la Unidad Municipal de Protección Civil.
Y es que no hay un solo tramo de los 144 kilómetros de longitud que conforman la red de arroyos y afluentes de Saltillo, que no haya sido invadido, modificado o convertido en tiradero de escombro y basura de todo tipo.
La Dirección de Ecología Municipal reporta que sólo en arroyos como Las Víboras, Ceballos, El Pueblo y La Tórtola, han erradicado en lo que va del año cerca de mil 200 toneladas de basura entre llantas, colchones, sillones, desechos domésticos y escombro.
“El escombro no lo alcanzamos a remover en su totalidad, porque hay secciones donde no puede entrar la máquina. Son pendientes inclusive de 90 grados, donde las labores de limpieza se dificultan mucho para los brigadistas”, precisa Graciela Arocha Gómez, directora de Ecología Municipal. Tales factores, aseguran especialistas en arroyos, han ocasionado que estos cauces naturales hayan reducido su capacidad y estén en riesgo latente de desbordarse ante una lluvia extraordinaria.
“La capacidad hidráulica de los arroyos ya está reducida totalmente por la cantidad de escombro que se ha tirado en ellos. Agréguele la vegetación, la basura. No tenemos idea de lo que puede suceder en una tromba, en una tormenta”, previene Fausto Destenave Mejía, experto en hidráulica.
Un estudio realizado por la división de Ciencias del Suelo de la UAAAN, revela que esta temporada y en un sólo evento lluvioso los escurrimientos provenientes de la Sierra Zapalinamé podrían alcanzar los dos millones de metros cúbicos de agua, debido a la deforestación y el crecimiento desordenado de la mancha urbana, la cual creció de nueve mil 992 hectáreas en 1994 a mas de 20 mil en 2007. “De casi un millón de metros cúbicos que escurrían en 1994, creció a más de dos millones de metros cúbicos. Para una misma precipitación pluvial tenemos hoy el doble de escurrimiento, nada más por el cambio de uso de suelo.
“Fue creciendo la mancha urbana, fuimos eliminando estas zonas forestales, se erosionó el suelo y se incrementó la tasa de escurrimiento a niveles muy elevados. Estamos hablando de que el 90 por ciento de lo que llueve se escurre porque hay más pavimento”, subraya Arturo Gallegos del Tejo, maestro investigador del área del Ciencias del Suelo de la UAAAN.
Una lluvia de dos horas en la Sierra Zapalinamé, cuyas pendientes oscilan entre los 40 y 90 grados y cuya altura es de casi 3 mil metros sobre el nivel del mar, sería de consecuencias impredecibles, avisa Fausto Destenave Mejía, también miembro del Grupo Temático Arroyos del Consejo Ciudadano de Ecología y Medio Ambiente AC.
“Se imagina la velocidad, la energía cinética que agarra el agua, en caso de una lluvia extraordinaria ¿Qué ocurriría en donde pasan las subcuencas que es el Ceballos, el Pereira, el Vicente Guerrero, Hidalgo, que vienen a dar al Martillo y luego, el Martillo se convierte en Ceballos y luego a otra cuenca que baja por la Navarreña... A la altura de las colonia Palmillas y Alpes eso va a causar un caos”.
La riada que arrasó Piedras Negras en 2004 y luego el golpe de agua que inundó Parras de la Fuente en 2006, son, sugiere Alberto de la Rosa Vizcaíno, director de Protección Civil Municipal, tan sólo un ejemplo a pequeña escala de lo que podría ocurrir en Saltillo, si la Conagua no aplica los recursos suficientes para la administración y manejo de los arroyos y sus afluentes.
“No vayamos tan lejos, recordemos las lluvias de 2001 cuando Country Club Campestre, Nogalar del Campestre, Los Rodríguez y Los Valdés, recibieron un escarmiento significativo del Arroyo Canoas y de la Sierra de Zapalinamé, por el lado de la colonia Mirasierra y Zaragoza ¡Toda el agua que bajó hacia aquel sector!”.
Resuelve que la única forma de prevenir las consecuencias de una creciente sería eliminar el riesgo, reubicando a la población que vive en las orillas o lecho de los arroyos.
“Estamos esperando los planteamientos de la Conagua para ver cómo vamos a hacer esto”.
A especialistas como Jesús Enrique Salazar Rodríguez, director técnico de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento, les preocupa que en 2008 se repitan “como una profecía” las inundaciones que en 1968 dejó en Saltillo el Huracán Viula de categoría 5, y luego el Gilberto en 1988, catalogado como “uno de los ciclones tropicales más intensos, devastadores y mortíferos, registrados en el siglo XX”.
“Saltillo tuvo una afectación en el 68 con el Viula, en el 88 fue el Gilberto y este año es 2008... No quiero ser ´ave de mal agüero`, pero como que cada 20 años se hace cíclica esta situación, lo que se llama lluvias de retorno”.
La pregunta que autoridades, investigadores y sociedad civil se formulan es ¿con cuánto dinero dispone la Comisión Nacional del Agua para prevenir o hacer frente a inundaciones ocasionadas por las próximas lluvias en la entidad?
Al respecto se sabe que la CNA a nivel nacional tiene contemplado este año un presupuesto de 100 millones de pesos, para atender cuestiones relacionadas con el manejo de arroyos en todo el país.
“La CNA es puras mentiras. Dice que tiene 100 millones pera arreglar los arroyos, pero para todo el país ¿100 millones de qué nos sirven? 100 millones entre 2 mil 400 municipios son 40 mil pesos para cada uno, no nos sirven ni para reírnos, es una burla que ande promoviendo 100 millones para todo el país.
“Cuesta 80 millones de pesos arreglar el puro Arroyo El Cuatro y El Cuatro y Medio, que son unos de los tantos arroyos que hay que arreglar en Saltillo”, arremete Emilio Bichara Marcos Wong, director de CEAS de Coahuila.
José Guillermo Barrios Gutiérrez, director de la Conagua en el estado, reconoce que las condiciones en que se encuentran los diferentes arroyos y cauces naturales de Saltillo, son realmente “serias”. “La situación es seria por las circunstancias geográficas y orográficas de Saltillo, al pie de la Sierra de Zapalinamé, lo que genera muchos escurrimientos...”.
La situación podría cobrar tintes catastróficos si, como pronostica el mismo Guillermo Barrios, éste será un año “llovedor”.
“Sí, se espera un año lluvioso, húmedo, lo peor del caso es que son lluvias atípicas, muy diferentes a las que teníamos en años anteriores, son lluvias donde cae una gran cantidad de agua”. Al respecto, Protección Civil reporta para la próxima temporada de lluvias en México la formación “de por lo menos 30 fenómenos meteorológicos entre huracanes, tormentas tropicales y depresiones, 15 de los cuales podrían afectar a Coahuila”.
Pero hasta ahora, y pese a la seriedad del problema, la CNA no ha puesto remedio a la problemática de la proliferación de viviendas en los márgenes o cauces de arroyos, tampoco al del relleno con escombro, al de la basura ni al de la descarga de aguas residuales, que han convertido al drenaje natural de la ciudad en focos de infección y auténticos muladares.
El director de la Comisión Nacional del Agua en Coahuila, se defiende: “No es una tarea que sea fácil para una sola instancia, lo que va a ser que se logre el no ensuciar estos arroyos, es una colaboración entre las tres instancias de gobierno.
“Es decir, que el municipio haga lo propio, el municipio tiene fuerza pública, tiene vigilancia, tiene su departamento ecológico y en colaboración mutua se puede ir frenando esto”. – ¿Ustedes hacen desalojos ante el peligro de una avenida de agua?–. “No los podemos sacar, porque para sacarlos se necesita fuerza pública”.
No vigila Conagua
La falta de supervisión, por parte de la Comisión Nacional del Agua, es el factor que ha venido provocando el deterioro que hoy presentan los seis principales arroyos que cruzan la ciudad.
Declara lo anterior Alberto de la Rosa Vizcaíno, director de la Unidad Municipal de Protección Civil, y apunta que de acuerdo a lo dispuesto por la Ley de Aguas Nacionales, es CNA la responsable de atender y conservar estas áreas definidas como de seguridad para la población en época de lluvia. Agrega que por ello el relleno de escombro en los cauces de los arroyos, la contaminación con basura doméstica, la descarga de aguas negras al caudal de los afluentes y la invasión por fraccionadores o particulares, es una historia recurrente.
“Si nos ponemos a pensar ¿dónde quedó la bolita?, está en el municipio de Saltillo, nosotros somos responsables de la seguridad de la ciudadanía, pero por otro lado está en la Comisión Nacional del Agua, que son quienes administran estos lugares y hasta la fecha no han anunciado un plan para evitar estas irregularidades”.
De la Rosa Vizcaíno cuestiona por ejemplo el hecho de que la CNA haya otorgado en Saltillo, de 1994 a 2006, un total de 523 concesiones a particulares para el uso de arroyos sin ninguna vigilancia. “Si te das la vuelta por los arroyos de la ciudad vamos a encontrar yonkes, marraneras, casas en los arroyos”, dice.
Culpa CNA a EcologÌa y a Desarrollo Urbano
José Guillermo Barios Gutiérrez, director local de la Conagua en Coahuila, se deslinda de su responsabilidad en cuestión de arroyos y culpa del descuido histórico de la red de drenaje natural a las direcciones de Servicios Primarios y Desarrollo Urbano del Municipio.
A la primera, dice, por fallas en el sistema de recolección de basura, que ha provocado que la gente vierta sus deshechos a los cauces; a la segunda, porque ha permitido la construcción de fraccionamientos en zonas federales.
“Es la posible falta de recorrido de las unidades de limpieza municipal. ¿Qué lleva a la gente a tirar basura a los arroyos? Quizá una mala recolección. “Si se trata de hallar un culpable, podríamos decir que no se interpusieron los recursos por parte de la Federación en su momento, el Estado no actuó, el Municipio permitió construcciones en áreas donde no mostraban la titularidad del predio”.
Señala además que la falta de una cultura ecológica de la comunidad se refleja en las condiciones que guardan los arroyos de Saltillo.
“Se va y se limpia un arroyo, se desyerba y se retira la basura, el escombro y a la vuelta de dos o tres meses está igual o peor que como estaba”.
Revela que actualmente la CNA en Coahuila lleva entre 10 y 15 procesos de sanción en contra de particulares que han cometido el delito de rellenar o invadir los cauces de arroyos.
“Son procedimientos algo largos, las multas son pesadas, estamos hablando de cinco mil a 20 mil salarios mínimos, multas de 250 mil pesos. Pero por lo mismo el ciudadano que cometió este delito se defiende, y se hacen los procesos más largos de lo que uno quisiera”.
¡Que lea la ley!
Emilio Bichara Marcos Wong, explica que pese a que no es su responsabilidad, la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento a su cargo ha venido realizando, por petición de la ciudadanía, y con recursos propios, trabajos en el Arroyo El Cuatro.
“No es responsabilidad del Gobierno Estatal limpiar los arroyos, la responsabilidad es de CNA. Si no sabe de leyes, que le dé una leidita a la Ley de Aguas Nacionales”.
Y agrega que CEAS ha enviado a la CNA un proyecto para la canalización del arroyo El Cuatro Medio y Cuatro Bajo, toda vez que trabaja en la reparación del canal de Abasolo y Nazario Ortiz, pero... “Necesitamos que CNA se ponga las pilas y nos ayude a gestionar más recursos y a hacer proyectos ellos también...”.
Que Conagua sancione
Rogério Koehn, director general de Agsal, comenta que por ley compete a CNA aplicar sanciones contra quienes tiran basura, vierten aguas residuales o invaden los márgenes y lechos de los arroyos.
“No entendemos por qué en México muchas cosas entran en las discusiones de ‘esto es mi responsabilidad o tu responsabilidad’, porque luego cuando hay que aplicar sanciones hay temor de hacerlo”.
Y puso como ejemplo el caso de fraccionamientos como Los Pinos, al norte de la ciudad, que desde hace años vierten sus aguas negras al cauce del Arroyo Cabellos.
“Es un absurdo porque esa es la obligación de todo gerente, si el gerente de un organismo de agua no aplica la ley, está incumpliendo y es sujeto a sanciones”.
Que convoque el gobierno
Antes que entrar en debates estériles o buscar culpables del problema que representan los arroyos en la ciudad, el gobierno en sus tres niveles debe convocar a la sociedad para dialogar en torno a soluciones concretas, opina Jesús Ramírez Rodríguez, maestro investigador de la Facultad de Arquitectura de la UAdeC.
“Sentarse y planificar un trabajo conjunto entre el Estado, con sus tres niveles de gobierno, la sociedad civil y las instituciones de educación superior. Deben de convocar con el objetivo de proteger y hacer útiles los arroyos.
“Los ciudadanos quieren, nada más que necesitan que los convoquen. No se vale que cada quien jale para su lado y que todo mundo quiera evadir su responsabilidad. Todos tenemos que cooperar”.
Zona cero
Colonias Alpes Norte y Sur
Esta área de la ciudad ha sido catalogada por expertos en hidráulica como zona de alto peligro, debido a que en caso de una lluvia extraordinaria recibiría el caudal de el Arroyo Ojitos y La Tórtola, que han sido canalizadas al cauce de El Charquillo. Se calcula que durante una lluvia de 50 milímetros y una hora de duración podría descender por El Charquillo una creciente de 80 metros cúbicos de agua por segundo, cuando este arroyo tiene una capacidad para captar cinco metros cúbicos de agua por segundo.
Colonia La Palmilla
Es otro de los puntos que se verá afectado en la próxima temporada de lluvias, ante el desbordamiento inminente del Arroyo La Navarreña o Cuatro y Medio que aguas arriba recibirá la creciente que baja por al Sierra de Zapalinamé y Tulipanes, Gustavo Díaz Ordaz y otras colonias. Las inundaciones abarcarán los sectores Portales de Aragón y el Fraccionamiento Bosques de Aranjuez, construido en zona federal.
Colonias Gustavo Espinosa Mireles y María Luisa Las aguas provenientes de los cañones del Cerro del Pueblo, inundarán calles y casas de estos sectores, donde en años pasados se han registrado avenidas de más de un metro de alto a la altura de la escuela Feliciano Álvarez, ubicada en Manuel de la Peña y La Victoria. En esta tramo se observa ya una invasión total por viviendas de la zona federal del arroyo del Pueblo.
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