Organización Editorial Mexicana
28 de abril de 2008
Luz María Mondragón y Diarios de OEM
Ciudad de México.- Cual profecía bíblica que augura catástrofes, la crisis actual del agua anticipa tiempos de sed y explosiones sociales por la falta del vital líquido. En México ya han estallado conflictos entre comunidades por esta causa. En todo el país aumenta la escasez. En los próximos años podrían surgir olas de migraciones que abandonen regiones secas y sedientas.
Una encuesta efectuada por los diarios de Organización Editorial Mexicana señala que en todos los estados de la República el problema del abasto de agua es grave; que cuando menos 12 millones de personas carecen de agua potable en sus hogares.
Destacan también otros problemas, entre ellos la sobreexplotación y contaminación de mantos acuíferos; la grave disminución de recursos hídricos (mueren ríos, arroyos y lagunas); las sequías, el alto desperdicio que llega al 50 por ciento del recurso disponible; la falta de una política de tarifas por el servicio pues las que ahora existen no corresponden al valor real del suministro; elevada morosidad en pagos; tomas clandestinas; fugas; infraestructura antigua, etcétera.
La encuesta también señaló que en México crece la escasez de agua y decrecen los recursos hídricos. La tasa media mundial de disponibilidad es de 5 mil metros cúbicos; aquí es de 4 mil 400 metros cúbicos por habitante al año. Hoy sufren no sólo las regiones secas. También estados tradicionalmente ricos en recursos hídricos ya padecen la falta de éstos y cada vez son más pobres en agua.
Ilustra este caso el estado de Veracruz por cuyo territorio atraviesa el 60 por ciento de los escurrimientos de agua del país a través de sus ríos; pero a esta entidad también cada día le resulta más difícil atender el abasto de agua potable de sus más de 7 millones de habitantes.
Asimismo en Veracruz las temporadas de estiaje son cada vez más severas y prolongadas, afectando agricultura, ganadería, industria y abasto de agua potable a las familias. Y lo peor: ríos, arroyos y lagunas que aparecían en la cartografía veracruzana hoy simplemente han desaparecido, están muertos. Por eso hasta la capital -Xalapa- cada vez tiene más sed.
Veracruz también comprueba que la escasez de agua ya causa conflictos entre mexicanos. Ejemplo: el suministro de agua potable para Xalapa ha dado lugar a enfrentamientos con comunidades de Puebla, porque depende en más de 60 por ciento del río Huitzilapan, en el estado poblano, desde donde se lleva el vital líquido para dotar a la mayor parte de la ciudad.
En los últimos años ha habido conflictos sociales entre los xalapeños y los pobladores de Chichontla, Puebla, donde se encuentran las válvulas del acueducto que surte a la capital de Veracruz. En diversas ocasiones los habitantes de Chichontla han cerrado el paso del vital líquido, exigiendo que a cambio de su agua, quieren obras como caminos, escuelas y pavimentaciones. Y el Gobierno veracruzano tuvo que realizarlas en Chichontla, para evitar que sus pobladores vuelvan a dejar sin agua a Xalapa.
Caso similar ocurre entre el estado de México y el Distrito Federal por el agua del sistema Cutzamala; los grupos otomíes que deberían disponer de este recurso se enfrentan desde hace tiempo a las autoridades federales para reclamar el agua que les pertenece pero de la que no disponen porque toda se canaliza a la ciudad y al Valle de México.
RECURSO QUE SE ACABA
"El agua es un recurso que se está acabando. Hay proyecciones de que las próximas guerras serán por agua. Se debe afrontar con prontitud este problema", resumió Miguel Angel Herrera Tapia, director de la Comisión del Agua del estado de Durango. Lamentó la ausencia de la cultura de pago del agua, porque la gente piensa que debe ser gratuita y cuando la tiene no la cuida y la desperdicia.
Para pulsar el problema del agua, la Organización Editorial Mexicana realizó diversos reportajes en todo el país. Investigación en la que participaron: El Sol de Morelia, Diario de Xalapa, El Sol de Irapuato, El Heraldo de Tabasco, Noticias Vespertinas, El Sol de Durango, El Sol de Acapulco, El Sol de Zacatecas y otros periódicos de la OEM.
Por otra parte, la crisis del agua ya es un obstáculo para el crecimiento económico de México. Sobre todo en el norte del país donde se concentra el mayor dinamismo de la economía. El deterioro hidráulico ya es una restricción de la competitividad externa de la nación y en su capacidad para atraer inversiones locales y extranjeras hacia distintas regiones, en diversas áreas como las industrias del turismo y automotriz. Entidades ya presentan dificultades para captar capitales y generar empleos y mayor desarrollo económico, porque se les está acabando el agua.
Volvemos al caso de Veracruz donde en opinión de empresarios, la principal razón por la cual no ha podido crecer ni la industria ni el comercio en Xalapa es porque no hay certeza en el abasto de agua. Razón que ha obligado a los inversionistas a llevar sus capitales a otras regiones y estados del país.
Entonces, si esto ocurre en Veracruz, la problemática es peor en otras entidades que no poseen riqueza hidráulica.
Respecto a los mantos acuíferos, en todo el país es grave su sobreexplotación y sobre todo la contaminación que tienen. El problema se debe principalmente a las descargas industriales o de aguas residuales sin tratamiento, las cuales constituyen como un 68 por cinto del volumen descargado en ríos y cauces. Cada día se descargan 15 mil 600 millones de litros de aguas negras. Solamente se trata el 36 por ciento de las aguas residuales. Esto también causa el deterioro del patrimonio hídrico de México.
SEQUIAS
Por si fuera poco, la severa sequía que enfrentará México durante este año podría superar los daños ocasionados por este fenómeno en 1998 cuando se perdieron más de 800 mil hectáreas a causa de los incendios, reconoce la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Los incendios más intensos se han presentado en el norte del país. Pero la parte más difícil y peligrosa es la península de Yucatán, luego que durante 2007 el paso de los huracanes dejaron miles de hectáreas afectadas por la deshidratación, en donde se corre el riesgo de incendios.
Actualmente el nivel de agua en las presas mexicanas es de 54 por ciento, 9 por ciento menos de lo que se tenía en igual periodo del año pasado (63 por ciento).
Durante todo el año el promedio de lluvia es de 750 milímetros. En el sureste del país se registra la mayor acumulación, llegando a tres mil; mientras que en algunas zonas sólo se logran cien milímetros.
Durante el primer trimestre sólo se registró una acumulación de 8 milímetros, lo que representa 50 por ciento de los 16 milímetros que se acumularon durante el mismo periodo de 2007.
Para revertir el deterioro de ecosistemas y conservar el recurso hídrico, a fin de alcanzar el desarrollo sustentable en el sector agropecuario y pesquero, autoridades de la Semarnat y la Sagarpa anunciaron que este año el Gobierno invertirá 11 mil millones de pesos en programas de recuperación de superficie boscosa, selvática, de suelos, agua, reconversión productiva, tecnificación del riego, bioenergía, recarga de mantos acuíferos y fomento del turismo de naturaleza.
Se aplicarán estrategias específicas en los 145 millones de hectáreas en que se realiza la actividad agropecuaria en los diversos ecosistemas del país.
El problema de México, dicen los expertos, es resultado de que el proyecto de desarrollo nacional se ha basado en la explotación desordenada e irracional de sus recursos naturales, entre éstos el más preciado: el agua. Además de que también se fundamenta en procesos productivos contaminantes.
Así otros aspectos para revertir la crisis del agua, es impulsar acciones para modificar técnicas obsoletas en el agro mexicano.
Es necesario impulsar el uso eficiente del agua en la agricultura a través de la tecnificación y modernización de los sistemas de riego.
Por ejemplo hay que cambiar el llamado sistema de riego rodado en el que la eficiencia es de 20 a 30 por ciento y además esta opción deslava las parcelas. Es mejor optar por sistemas de riego por aspersión y goteo que duplican y hasta triplican la eficiencia en el uso de este recurso.
De lo contrario se agravará la crisis del agua en el país. Los focos amarillos ya están encendidos, porque en la república mexicana no existen ciudades que tengan resuelto al 100 por ciento el abasto de agua potable en los hogares de los consumidores.
Además hay miles de pequeñas comunidades a las que no se les podrá dotar de agua potable en sus domicilios, porque resulta económicamente imposible. Respecto a estas agrupaciones de pobladores que carecen del vital líquido, la solución no es llevar agua entubada a los hogares, ya que no se puede; sino buscar otras alternativas.
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