viernes, 9 de noviembre de 2007

Yerbamala

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Viernes, 09 de Noviembre de 2007

*Romero Hicks, un alcalde inconsulto

*Botello, el ajonjolí de todos los moles

*El otro Aguirre Torres, también en el dengue

1.- PARANOIAS. En un esfuerzo inédito, un grupo de emprendedores guanajuatenses, de la capital del estado, se ha dado a la tarea de conformar un organismo de representación empresarial, a fin de hacer llegar la voz de los inversionistas a unas autoridades cada vez más sordas. Con un esquema sui géneris, por la misma composición social de la ciudad de Guanajuato donde no existen grandes ramas de industria y apenas el sector turístico y de servicios se encuentra medianamente organizado, se han agrupado no asociaciones empresariales, sino particulares, por lo que su denominación es la de Consejo Empresarial, sin el calificativo de coordinador.

Para potenciar la representatividad de la nueva instancia social, han sido invitados y se han integrado los titulares de los diversos colegios de profesionistas conformados en el municipio capitalino. Para presidir el naciente consejo, ha sido elegido Marco Antonio Vergara Larios, profesionista de amplia trayectoria en la administración pública estatal y federal, así como en el ámbito universitario.

El evento de presentación y toma de protesta fue realizado este jueves, con la presencia del gobernador Juan Manuel Oliva y del alcalde Eduardo Romero Hicks quienes dieron, cada uno a su estilo, la bienvenida a la nueva organización.

Oliva no perdió la oportunidad de hacer un discurso propositivo, casi festivo. Hay que recordar que el gobernador, originario de León, ha decidido avecindarse en la capital del estado y ha estado haciendo esfuerzos por integrarse a la vida de la ciudad que es la sede de su gobierno.

En ese sentido, la de ayer fue una oportunidad bien aprovechada, aunque con un ligero matiz de ironía que no debe pasar desapercibido. Luego de reconocer la importancia de los liderazgos que se dan cita en Guanajuato capital, así como de su potencial histórico, turístico, arquitectónico e intelectual, Oliva se preguntó qué hacía falta para el despegue.

Acto seguido, se sintió en confianza para hacer una floritura política: aseveró a los integrantes del Consejo Empresarial de Guanajuato que en su gobierno "siempre tendrán a alguien que los escuchará."

Previamente, Vergara Larios había realizado una amplia intervención para definir los objetivos del consejo que preside, enfatizando su carácter de foro plural para la conformación de propuestas frente a los problemas que afectan al municipio de Guanajuato, así como en la búsqueda de su prosperidad y liderazgo en actividades como la del turismo y la difusión de la cultura.

Ese buen clima sólo fue trastornado por el único presente ahí capaz de hacerlo, el alcalde Eduardo Romero Hicks, quien por más que lo intentaba no terminaba de sentirse a gusto en la reunión. Ante las propuestas de Vergara Larios e incluso ante los señalamientos del gobernador Oliva, el edil parecía sometido a un tormento, como si se le estuvieran realizando acusaciones personales, como si la culpa ancestral de los rezagos de Guanajuato recayera en su breve administración.

Con un discurso falsamente pretencioso y sin el aplomo de Oliva, Eduardo Romero dejó ir una magnífica oportunidad para dejar ver que ha crecido políticamente frente a los notables de la comunidad que gobierna. Incluso, fue posible saber que después de la reunión realizó algunos reclamos a los organizadores.

Así el surgimiento del Consejo Empresarial de Guanajuato, bienvenido por el gobernador y lamentado por el alcalde capitalino, más que una fiesta, se anticipa como el inicio de un diálogo ríspido sobre todo en el nivel municipal.

Mucho habrá que trabajar para superar esta falta de comprensión de una autoridad que sigue sin mostrar que entiende el lugar donde está parado. Que sea para bien.

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