jueves, 20 de septiembre de 2007

Editorial Correo

Imposición
Miércoles, 19 de Septiembre de 2007

En aras de lograr que la UNESCO la declare Patrimonio de la Humanidad, las autoridades de San Miguel de Allende han decidido llevar a cabo una serie de acciones aún en contra de la voluntad de comerciantes y vecinos de la ciudad. Si bien el interés del gobierno municipal puede tenerse como loable, en razón de los beneficios que tendría el nombramiento, resultaría más meritorio si contara con el aval de todos los habitantes de la demarcación.

Ayer, comerciantes y personas que viven en los alrededores del Santuario de Atotonilco se apostaron frente a las máquinas que intentaron realizar trabajos de limpieza en la única área verde de la comunidad, donde el Cabildo ordenó construir una plaza para reubicar a los comerciantes que laboran al exterior de ese lugar convertido en turístico.

Sus protestas las llevaron hasta los oídos del gobernador, de tal cuenta que el alcalde Jesús Correa Ramírez decidió que la mejor forma de enfrentar la situación era tratar de "rijosos" a los inconformes, todo con el fin de hacer cumplir una disposición del Ayuntamiento que tiene el objetivo de obtener para la ciudad el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Insistamos, la declaratoria puede contribuir al desarrollo de San Miguel de Allende. Pero ello no será posible si los habitantes, o parte de ellos, no lo quieren por considerar que afecta sus derechos. Sin su consentimiento los problemas se prolongarán en el tiempo, aunque incomoden al alcalde y a los miembros del Ayuntamiento.

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