Por Carlos Mota
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Fue al anuncio más espectacular del mes pasado (y al parecer de muchos años) en materia de inversión extranjera, por su cuantía y porque irrumpirá en una industria inmobiliaria que si bien ha crecido, aún carece de estándares nacionales. Se trata de la firma española Fadesa, la mayor desarrolladora de España, y que trae en el bolsillo 5,800 millones de dólares —inicialmente—, para proyectos inmobiliarios magnos.
Dicen quienes le conocen que cuando llega Fadesa a un país, arrasa o, políticamente dicho, llega con toda seriedad para desarrollar y abarcar una proporción amplia del mercado. Ése fue el plan en países como Marruecos, donde domina. Ése será el plan para México bajo la batuta de Iván Vela.
El primer proyecto estará en Litibú, ese nuevo desarrollo de playa en Nayarit que Fonatur empuja desde hace unos meses. Será diseñado como propiedad en condominio fraccionado, con una segmentación de setenta por ciento para extranjeros y treinta por ciento para nacionales. A más tardar en abril se iniciará la construcción y venta de las propiedades, e involucra una inversión de 350 millones de dólares.
Fadesa establecerá nuevos estándares en la industria. Adiós al paraguas de venta de inmuebles donde el cliente se siente desatendido (sigue siendo lo común en la industria). Habrá un show room con todas las adecuaciones en cada desarrollo y se pondrá especial énfasis en el servicio posventa para dar seguimiento al proceso.
Un segundo proyecto estará en Jalisco, cerca de Zapopan, que también involucra 350 millones de dólares de inversión. Será para el mercado nacional. Incluirá varias torres y podría incluirse un hotel de negocios para dinamizar el crecimiento de la región. Finalmente, un tercer proyecto se planea para San Miguel de Allende, en Guanajuato, donde una buena cantidad de baby boomers estadunidenses gusta de retirarse.
Pero ninguno de ellos tiene la magnitud del proyecto de Loreto, en Baja California. Se trata de un terreno extenso que, para darse una idea, contará con cuatro campos de golf. Cientos de viviendas serán construidas, respetando manglares y zonas ambientales, con una inversión de cinco mil millones de dólares. Sus detalles se conocerán pronto.
Dicen quienes le conocen que cuando llega Fadesa a un país, arrasa o, políticamente dicho, llega con toda seriedad para desarrollar y abarcar una proporción amplia del mercado. Ése fue el plan en países como Marruecos, donde domina. Ése será el plan para México bajo la batuta de Iván Vela.
El primer proyecto estará en Litibú, ese nuevo desarrollo de playa en Nayarit que Fonatur empuja desde hace unos meses. Será diseñado como propiedad en condominio fraccionado, con una segmentación de setenta por ciento para extranjeros y treinta por ciento para nacionales. A más tardar en abril se iniciará la construcción y venta de las propiedades, e involucra una inversión de 350 millones de dólares.
Fadesa establecerá nuevos estándares en la industria. Adiós al paraguas de venta de inmuebles donde el cliente se siente desatendido (sigue siendo lo común en la industria). Habrá un show room con todas las adecuaciones en cada desarrollo y se pondrá especial énfasis en el servicio posventa para dar seguimiento al proceso.
Un segundo proyecto estará en Jalisco, cerca de Zapopan, que también involucra 350 millones de dólares de inversión. Será para el mercado nacional. Incluirá varias torres y podría incluirse un hotel de negocios para dinamizar el crecimiento de la región. Finalmente, un tercer proyecto se planea para San Miguel de Allende, en Guanajuato, donde una buena cantidad de baby boomers estadunidenses gusta de retirarse.
Pero ninguno de ellos tiene la magnitud del proyecto de Loreto, en Baja California. Se trata de un terreno extenso que, para darse una idea, contará con cuatro campos de golf. Cientos de viviendas serán construidas, respetando manglares y zonas ambientales, con una inversión de cinco mil millones de dólares. Sus detalles se conocerán pronto.
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