martes, 27 de marzo de 2007

Amedi

Javier Corral Jurado
27 de marzo de 2007
El Universal

Con motivo de la renovación de su Consejo Directivo 2007-2010, la Asociación Mexicana por el Derecho a la Información (Amedi) reformó su acta constitutiva de 2002 e introdujo cambios importantes que la enrutan más por el camino de movimiento nacional ciudadano que del inicial grupo académico dedicado a la investigación de la comunicación. La asamblea de socios determinó reformar los estatutos para facilitar el ingreso de ciudadanos en general, crear capítulos estatales que la hagan realmente de carácter nacional y con representación en el órgano directivo central, y constituir un Consejo Consultivo que evalúe, asesore y oriente el trabajo de la asociación conformado por hombres y mujeres de reconocido prestigio.

La Amedi es una asociación civil de carácter permanente que desde 2002 ha desempeñado tareas para promover el ejercicio pleno del derecho a la información y la libertad de expresión en un marco plural que fomente la conformación de una opinión pública informada. Parte de la promoción de un concepto fundamental: reconocer la información como un bien y un derecho público.

Tanto el relevo directivo como ese tránsito en el objetivo ciudadano y la conformación del grupo asesor se concretaron la semana pasada en un emotivo acto celebrado en la Facultad de Derecho de la UNAM, al que acudió un heterogéneo grupo de personalidades, confirmando el carácter plural de la organización y su disposición al crecimiento mediante la inclusión social y política.
Coordinado por Miguel Ángel Granados Chapa, el consejo quedó integrado por Carmen Aristegui, Alberto Aziz Nassif, Jorge Carpizo, Jesús Cantú Escalante, Jaime Cárdenas, Felipe Cazals, José Antonio Crespo, Denisse Dresser, Gustavo Esteva, Rafael Estrada Sámano, Gael García Bernal, Néstor García Canclini, María Teresa Gómez Mont, Daniel Giménez Cacho, Mónica Lozano, Loretta Ortiz, Carlos Ortiz Tejeda, Raúl Padilla López, Carlos Padilla, Francisco Paoli Bolio, Ricardo Raphael, Gustavo Reyes Terán, Fernando Serrano Migallón, Luis Javier Solana, Francisco Toledo, Raúl Trejo Delarbre, Francisco Valdés Ugalde, Ernesto Velásquez y José Woldenberg.

He recibido el encargo de presidir la Amedi, convencido que desde la organización social debemos y podemos continuar con la causa democratizadora de los medios de comunicación; articular y dar cauce a la inquietud ciudadana que sobre este trascendental asunto es transversal a partidos, profesionales, asociaciones, colegios, sindicatos. Acepté la responsabilidad porque, además de la generosidad con que respondió ese prestigiado grupo de consejeros, han resuelto acompañarme en la tarea un comité directivo de primer orden en el tema Jorge Fernando Negrete, Beatriz Solís Leree, Raúl Trejo Delarbre, Dolores Béistegui, Agustín Pineda, Lorenzo Córdova, Miguel Ángel Granados Chapa, Virgilio Caballero, Luis Núñez Gornés, Rosalía Winocur, Sergio Zermeño y Leoncio Acuña.

Nos convoca una idea de organización social en torno de uno de los asuntos más complejos de la transición mexicana a la democracia: la democratización de los medios. Mientras lobbys, consultores, grupos de presión económica y algunos despachos disfrazados de organismos sociales trabajan presionando a los políticos en el Congreso, al Presidente y a los ministros en la Corte, no hay respuestas organizadas desde el impulso de la sociedad. Todo se convierte en un problema técnico. En realidad, eso es el pensamiento único, no existen problemas políticos ni sociales desde los que se aborde la posibilidad de otro mundo.

Pasar de la preocupación a la ocupación, dispuestos a transformar nuestra inconformidad, irritación o crítica en cultura de participación personal, directa y propósitiva.

Así como hay ciudadanos que defienden su derecho a tener casa digna, trabajo bien remunerado, atención médica, salud, educación, derecho al agua, a la seguridad pública y a un medio ambiente sano y sustentable, defendemos nuestro derecho legítimo a la información, a la libertad de expresión, a una comunicación social digna que atienda las necesidades de las personas y de la nación, y no sólo responda a los intereses mercantiles, estrictamente económicos de unos cuantos.

Desde la Amedi queremos recorrer el país para generar la conciencia social de que la información es un derecho que pertenece a los mexicanos. Por supuesto, continuaremos desarrollando investigación de vanguardia en el ámbito de los medios, dando prioridad a los desafíos de la convergencia tecnológica en lo social, cultural, político, económico, y a las consecuencias que tal confluencia de telecomunicaciones, tecnologías de la información y servicios acarrean para el ejercicio y ampliación del derecho a la información.

Se trata de ensanchar la ruta de la organización social. No renunciamos al principal deber de todo ciudadano de la República: el deber político; lo complementaremos con una actividad independiente y autónoma, que busca entre otras cosas que este tema de la agenda nacional le cueste también a la política, pero desde la óptica ciudadana.

Profesor de la FCPyS de la UNAM

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