domingo, 18 de febrero de 2007

Desde Baja California

Advierte Mario Molina: México ya resiente los efectos del cambio climático; solucionar el problema nos llevará 50 años, aun si cambiamos hábitos

Por: Pedro Juárez Mejía
en La Paz, BCS
Sabado 17 de Febrero de 2007
| Hora de publicación: 13:11

Censo. El agua de los santuarios en BCS tiene una temporada de 20 grados, cuando la ideal para la ballena gris es de 18.

Mario Molina pide usar menos el coche y la electricidad en casa

El Premio Nobel de Química, Mario Molina, propuso dejar de depender del uso del automóvil, que se utilice menos energía eléctrica en las casas y que se impulse la utilización de energías renovables como parte de las medidas para revertir los efectos que en México ha producido el cambio climático.

Durante un foro realizado por la Comisión de Desarrollo Rural del Senado, el especialista indicó que llevará aproximadamente 50 años revertir los efectos del cambio climático en nuestro país, que se hacen presentes en varios aspectos.

Mencionó que debido a los cambios climáticos, en el país se vive una creciente desertificación en el centro y norte del país, una reducción del potencial agrícola y dificultades para el suministro de agua a las poblaciones.

También se presentan inundaciones en planicies costeras, incremento de eventos hidrometereológicos extremos, afectación general a sistemas forestales, como mayor incidencia de incendios y la pérdida de la biodiversidad.

Indicó que es necesario mejorar las plantas generadoras de electricidad, sustituir el carbón por gas natural, capturar y almacenar bióxido de carbono, y generar energías renovables como la fusión nuclear, electricidad eólica, biocombustibles.

Mario Molina advirtió que el uso de etanol como fuente de energía alternativa a la gasolina podría resultar peor para el medio ambiente del Valle de México, por lo que la mejor alternativa es la renovación del parque vehicular.

Explicó que la producción de etanol en Estados Unidos implica el uso de grandes cantidades de combustibles fósiles, cuyas emanaciones contaminantes nulifican o incluso empeoran la calidad de la atmósfera.

En cambio, la tecnología que emplea Brasil para extraer el etanol de la caña de azúcar, y que emplea incluso el bagazo, es mucho más amigable con el medio ambiente, y sería conveniente usarla en nuestro país.

En tanto, el presidente de la Comisión de Desarrollo Rural del Senado, Heladio Ramírez López, consideró que es necesario presionar a naciones como Estados Unidos para que firmen el Protocolo de Kyoto, instrumento que busca combatir los cambios climáticos.

El senador del PRI indicó que el campo mexicano ya resiente los efectos del cambio climático a través de sequías, tormentas, inundaciones, el aumento considerable de olas de calor y bajas temperaturas.

Mencionó que un grupo intergubernamental de 500 expertos sobre el cambio climático ya advirtió sobre la formación de huracanes más fuertes, olas de calor y sequías más intensas, debido al cambio climático. (José Contreras)

El director de la Biosfera del Vizcaíno, Benito Bermúdez Almada, consideró que el calentamiento de la tierra, afectó el arribo de la ballena gris a los santuarios naturales que existen en Baja California Sur.

“El arribo de la ballena gris a los santuarios sudcalifornianos se encuentra desfasado a causa del calentamiento de la tierra y por consecuencia las altas temperaturas del mar”, expresó el funcionario federal.

Benito Bermúdez, quien es biólogo marino de profesión, informó que actualmente hay en promedio 750 ejemplares de la ballena gris en la laguna Ojo de Liebre y San Ignacio, Municipio de Mulegé, santuarios naturales del cetáceo.

“En los últimos diez años para estas fechas se habían registrado más de mil ballenas, no es una situación para alarmarse, esperamos que la temperatura baje y podamos cerrar con una temporada normal de avistamiento de la ballena, tal vez se alargue hasta la Semana Santa”, manifestó Benito Bermúdez.

El director de la Biosfera del Vizcaíno (zona donde se encuentran los santuarios naturales de la ballena gris), detalló que conforme a un censo que realizó la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), hasta el momento se registran 650 ballenas grises en la Laguna Ojo de Liebre y 100 en San Ignacio.

Bermúdez Almada explicó que hasta el momento la temperatura del agua en los santuarios naturales de la ballena gris es mayor a los 20 grados centígrados, “cuando generalmente las ballenas están acostumbradas a entrar a las bahías en temperaturas no mayores de 18 grados”.
El funcionario federal dijo que el calentamiento de la tierra, también está afectando a los nacimientos de los cetáceos, “actualmente han nacido trescientos ballenatos sudcalifornianos, la temporada anterior en estas fechas ya teníamos por lo menos un millar de alumbramientos”.
Fenómeno del Niño. No sólo el calentamiento de la tierra, afecta el avistamiento de la ballena gris; sino también la posible presencia del Fenómeno del Niño en costas sudcalifornianas, podría provocar un incremento en el número de varamientos de los cetáceos.

Luego de informar que en promedio mueren entre seis y ocho ballenas grises por temporada en costas sudcalifornianas, el titular de la Unidad de Aprovechamiento y Restauración de Recursos Naturales de la Semarnat en la media península, Marco Antonio González Vizcarra, recordó que durante la temporada 1998-1999 se registró a causa del Fenómeno del Niño, cerca de mil varamientos de ballenas grises en los santuarios naturales de Baja California Sur, sobre todo en el complejo lagunas Ojo de Liebre y San Ignacio.

“Este fenómeno, que se registra cada siete años, de darse podría afectar la alimentación de las ballenas y en consecuencia dan a luz crías más débiles y los cetáceos viejos ya no aguantarían el viaje de regreso”, expresó González Vizcarra, quién precisó que la Ballena Gris recorre entre seis a nueve mil kilómetros (desde Alaska), para llegar a Baja California Sur.

Destacó Marco Antonio González, que conforme a las estadísticas que manejan los científicos, en la actualidad existen en el mundo un poco más de veinte mil ballenas grises, de las cuales siete mil llegan a costas sudcalifornianas y tres mil, sobre todo aquellas que van a parir, entran a los santuarios naturales de Baja California Sur.

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