Correo
Viérnes 26 de enero del 2007.
Vicente Ruiz/Redacción - GUANAJUATO/CELAYA
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) intervendrá en el impacto ecológico negativo que generará la construcción del nuevo acceso a la capital del estado a las presas de Pozuelos y La Yerbabuena, según informó el área de Comunicación Social de esa dependencia. Se detalló que la Subdirección General Técnica ya analiza la situación de las obras y sus repercusiones en las presas antes citadas.
La realización del acceso vehicular fue puesto en el centro de la polémica esta semana, ya que el director de Sistema Municipal de Agua Potable de Guanajuato (Simapag), Salvador Yáñez, denunció que los trabajos tendrán un impacto negativo en la presa de Pozuelos, debido al azolve en el próximo periodo pluvial, de lo que responsabilizó a la empresa contratista Azacán, S.A.
La carretera pasa sobre los arroyos que alimentan a la presa de Pozuelos, pero la SOP asegura que se conformaron tres grandes terraplenes con el material del cerro que se tuvo que demoler para construir la vialidad, ello no va a afectar la continuidad de la salida del agua a la presa y por lo tanto el impacto ambiental será mínimo, según se informó. La dependencia refiere refirió que en lo que concierne a la obra vial, se construirán canales de concreto para evitar la erosión y que el material sea arrastrado a la presa de Pozuelos, pero además, al concluir la obra se limpiará la zona.
DETALLES DEL NUEVO ACCESO
La obra de la vialidad que irá de la Glorieta Santa Fe al Paseo de la Presa y que lleva un avance del 70%, se incluyó en el programa de obra pública de Guanajuato capital del trienio pasado gracias al apoyo de la Federación, pues inicialmente no había recursos disponibles. Se trata de un camino tipo A -de ida y vuelta- de 5.26 kilómetros de longitud y 12 metros de ancho. La vía -que incluye un túnel de más de medio kilómetro- conectarás las avenidas Euquerio Guerrero y Paseo de la Presa con el objetivo de aligerar el tráfico del sur de la capital.
Según datos oficiales dados a conocer antes del inicio de la obra -hace cerca de un año- la vialidad costó 180 millones de pesos. Inicialmente se contempló que la calle estuviera lista en diciembre pasado pero sólo lleva un 70 por ciento de avance. El nuevo acceso cruzaría 37 predios privados y afectaría 22 hectáreas por lo que se tuvieron que pagar más de 24 millones de pesos de afectaciones. Hasta ahora diversos actores han advertido que la vialidad afectará negativamente la zona de preservación ecológica del Fiprodima y que sólo servirá para beneficiar a quienes especulen con terrenos de la zona. La empresa que realiza los trabajos de construcción es la Sociedad Anónima “Azacan”.
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